familia monoparental, diversidad familiar y adopción

Mercancía

Hace algunos días, estuvo en casa H., un amigo de A. que, como él, nació en Marruecos.

Viendo como se peleaban los hermanos, de repente comentó: «Yo nunca me iré a Marruecos a comprarme un hermano».

Más tarde, afirmó: «Yo cuando sea mayor, no me iré a Marruecos a comprarme un hijo».

Le comenté (les comenté, a los tres):

¿Vosotros ya sabéis que los hijos no se compran, no? Las personas no se compran. Lo que tu madre y yo hemos hecho es adoptaros.

H. preguntó: «¿O sea que sólo nos recogisteis y ya está?»

Esta conversación me hizo pensar en las muchas veces que he oído a niños adoptados (incluidos mis hijos) hablar de compra para referirse a la adopción… Podríamos pensar que es un malentendido derivado de su edad, de la falta de información… pero lo cierto es que hay adoptados adultos que también utilizan conceptos parecidos para hablar de su historia.

Hace algún tiempo hablé muy someramente de «La hija de la Amante», de A. M. Homes. A través de P., recupero algunos fragmentos que me impresionaron cuando los leí, pero que no tenía frescos en la memoria:  

«Me llevaron a lo largo del pasillo y me tendieron en la cama grande del dormitorio de mis padres. Los vecinos, las tías y los tíos, todos vinieron a verme: un regalo, el bebé más hermoso que habían visto nunca.

Pensar en las diferencias por adelantado: si hubiera sido un niño no adoptado, los miembros de la familia habrian visitado el hospital. Me habrían visto con mi madre o me habrían visitado… en la nursery y me habrían reconocido en la hilera de cunitas expuestas, como en una rueda de sospechosos en comisaría.

Pero aquí todo empieza con una llamada telefónica: Su paquete ha llegado y está envuelto en cintas rosas. El pediatra de confianza fue enviado al hospital para que hiciera una valoración de la mercancía; piensen en las películas donde el camello prueba la droga antes de soltar el dinero. Hay algo ineludiblemente sórdido en el modo en que se desarrolla la historia. Fui adoptada, comprada, encargada y recogida como un pastel en una panadería».

Me parece muy revelador este último párrafo. El niño adoptado como mercancía. Una imagen que encontrábamos también en el cómic «Piel color miel», de Jung, que también comenté (igual de someramente) aquí.

Este texto y esta imagen me ha hecho pensar en un adjetivo que usan mucho los adoptados que fueron víctimas del tráfico de niños: Apropiados. Niños que han pasado de unas manos a otras, de unos dueños a otros. Niños que pertenecen a sus padres, a sus propietarios.

¿Es habitual que los niños adoptados se sientan tratados como mercancía? ¿Les tratamos como mercancía? Como objetos que se transportan, se eligen, se pagan, se evalúan, incluso se devuelven si no son del gusto del comprador.

Yo nunca he sentido que mis hijos me pertenezcan, igual que no creo que pertenecieran antes a sus primeras madres: no son mi propiedad, son mi responsabilidad. Tampoco siento que los haya comprado. Sin embargo, mucho dinero cambió de manos para que se pudieran convertir en mis hijos, y alguna personas se enriquecieron con esta transición. Y aunque me negué a consultar a un pediatra sus datos o su condición de salud antes de aceptar la asignación, sí es cierto que a mi hijo mayor le hicieron unas analíticas que, de haber dado otro resultado, lo habrían descartado para ser mi hijo. Podría no haber pasado el «control de calidad».

Ahora, B. y A. son pequeños todavía, y les vale la explicación de que las personas no se compran. Pero no les valdrá siempre, y a mí tampoco. Y es una realidad que aún tengo que pensar como gestionaré.

Comentarios en: "Mercancía" (50)

  1. Mi hijo también me ha preguntado alguna vez si los niños se compran. Le digo que no, que las personas no tienen precio. Que lo que pagué en su adopción son los servicios que utilicé: las fotocopias, el abogado, el alquiler del piso… Que igual que cuando un niño nace en un hospital hay que pagar al médico, en la adopción también hay unos gastos. Está claro que, cuando sea mayor, esta explicación no será suficiente, pero para su edad, creo que le queda claro que hay dinero, pero que no es para comprar a las personas

    • Yo les digo lo mismo… curiosamente, algo de lo que logré convencerme mientras tramitaba las adopciones. Pero ya no me vale… y algún día no les valdrá a ellos.

  2. Pues sí…el otro día, en el patio del colegio, mi hijo pequeño (5 años) estaba saludando a la hermanita bebé de una compañera de clase. El bebé tiene 1 año recién cumplido, estaba sentada en su sillita y a mi hijo le encanta jugar con ella y hacerle carantoñas…y como le encanta tanto, se giró, miró a la mamá del bebé y le preguntó «: «¿dónde la compraste?»….
    No es la primera vez que lo dice, y mi hija también en alguna ocasión lo preguntó…..
    Les explicamos mil veces que los hijos no se compran, que se tienen….pero no estoy del todo convencida de que la respuesta les convenza…..

  3. Entiendo tu postura, da que pensar, y por eso busco similitudes:
    Cuánto cuesta un tratamiento de fertilidad? No pasa también en esos casos el dinero de unas manos a otras?

    Y a cuántas pruebas se somete una embarazada para detectar posibles anomalías que le permitan tomar la decisión de interrumpir el embarazo en caso de que crea que es lo más conveniente?

    Consideramos que esos niños también son mercancía?

    • No es lo mismo…ademas, me doy cuenta de que mi hijo llegó a nosotros por adopción nacional, osea que en realidad no hubo dinero alguno por medio….pero….¿Por qué él cree que los hijos se compran?????

      • Interesante pregunta…

      • Independientemente de que haya dinero de por medio….¿se sienten cuando están en la casa-cuna, horfanato….como en un almacén a la espera de que venga alguien y los escoja????
        Pero es que mis hijos no preguntan «¿Dónde fuiste a buscarla?»
        Lo que preguntan claramente es: «¿Dónde la compraste?»
        Buffff….

      • Sí, efectivamente, lo de escoger es otro ítem del asunto. ¿Se escogen los hijos? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Con qué consecuencias?

        Los mios también me preguntan ¿por qué me escogiste?

    • Sí, en los tratamientos de fertilidad también hay un negocio, y alguien que se enriquece. Pero nadie pierde a su hijo en el camino (ni ningún hijo a sus padres).

      En cuánto a las pruebas que se hacen para decidir o no seguir con un embarazo y las analíticas que se les hacen a los niños para ver si son adoptables, para mí la diferencia básica es que si uno decide abortar a un niño que no está sano, este niño no llega a existir nunca, mientras que el niño no adoptable, el niño descartado, sigue estando ahí, necesitando una familia… aún cuando nosotros (y quizás ninguna otra familia) nos sintamos capaces de ahijarnoslo.

      Y algunos de estos niños seguirían con su familia biológica sino les hubieran captado para la adopción buscadores de niños… lo cual lo convierte en algo más terrible.

      En cualquier caso, la entrada no va tanto de lo que sentimos los padres… sino de lo que sienten los hijos. Y sí, creo que muchos se sienten tratados como paquetes. Y mi pregunta es si se sienten tratados así, porque lo son.

  4. Yo creo que lo de preguntar «¿Dónde lo has comprado?» es una fase por la que pasan todos los niños. Aún no saben de dónde vienen los bebés, pero si saben que cuando necesitas tener alguna cosa, vas al súper y la compras.

    Como observación, cuando un niño dice a sus padres «Quiero un hermanito», somos los padres los que muchas veces les decimos «Vale, se lo pediremos a los Reyes Magos» (También lo tratamos como una mercancía que se regala).

    Cuando por fin los Reyes se deciden a traer el hermanito, y ellos ven lo que supone compartir a los papis con otra personita, ¿cuántos no han dicho que ya no quieren hermanito, que lo devuelven? Creo que son cosas de niños, son fases, deben aprender.

    Es cierto que en los niños adoptados, su realidad es otra, y quizás lo ven de otra manera.

    En mi caso, somos familia monoparental por vía biológica. Conozco el caso de otra mamá monoparental con una niña, que una vez le dijo «Mamá, quiero un papá… ¿vamos al centro comercial y compramos uno?»

    • Yo conozco a una monoparental cuya hija (nacida en China) le dijo que fueran a China a buscar un papá… creo que no usó el verbo comprar.

      Quizás la diferencia es que, en el caso de los niños adoptados, incluso aunque no les hayamos comprado, sí hay un intercambio de dinero (excepto en adoptacion nacional) que hace más incómoda esta pregunta. Porque da donde duele.

  5. Desde que llegó mi hija nos fijamos mucho en las madres gestantes que tenemos a nuestro alrededor (y también en los niños que paren). La primera vez me costó muchísimo, pero le había explicado su historia y me pareció que lo más adecuado era celebrar esas barrigas puesto que ella las veía enseguida. Eso nos ha facilitado hablar más de su otra madre. Espero que también le ayude en relación a otros temas; como mínimo a comentarlos abiertamente conmigo tal y como veo que hacen vuestros hijos. Con todo, la comparación ahí está. Gracias por sacar el tema.

    • Yo siempre pienso que estas preguntas inconvenientes e incluso comentarios fuera de tono, indican muchas cosas: curiosidad, miedo, necesidad de conocer su historia, dudas… pero también confianza en mí y seguridad en el vínculo. Y sí, creo que esta seguridad viene, entre otras cosas (no sólo) de la posibilidad de hablar abiertamente de cualquier cosa, sin que haya tabúes ni represiones…

  6. A mí un día mi hija me preguntó que si el día que ella nació yo estaba allí…..

  7. Este concepto de compra no lo tiene para nada mi hija en la cabeza y mira que le da vueltas al tema de su abandono y adopción. Y, si te soy sincera espero que cuando se le pase la idea por la cabeza (que se le pasará) lo analice, valore y descarte… Yo tampoco tengo esa idea en mi. En mi cabeza adopción y compra y tráfico no van unidos. Existe, es una realidad. ¡cómo negarlo¡ pero la adopción en sí misma está ahí para dar un niño lo que se merece. Aunque, ya sabemos que todo se mercadea incluso la vida y la muerte…

    • Si…por supuesto, yo tampoco equiparo ni por un momento adopción con compra…..si hubiera pensado que mis hijos iban a llegar a mí por medio de una compraventa no hubiera adoptado.
      Tengo clarísimo que yo no compré a mis hijos, los adopté…
      Pero el tema es….¿por qué ellos sí lo creen?
      ¿Por qué creen que un hijo se puede comprar?

      • Efectivamente, este es el punto.

      • Quizás porque hay personas que así lo creen. Quizás porque vivimos en un mundo demasiado materialista (siempre estamos comprando). Los niños creen lo que oyen y lo que ven. Mi madre siempre me contaba que de pequeña se miraba las coles con mucho cariño: le habían dicho que encontraron a su hermana debajo de una col.

      • Otra pregunta sería si los niños creen que los hijos biológicos también se compran… o solo los adoptados.

      • De entrada algunos niños proponen devolver a sus hermanos biológicos al hospital

      • Y muchos adoptados, al orfanato… En esto sí que creo que no hay diferencias…

      • Mi sobrino (biológico) preguntó a su madre hace un par de años en el mercadona si le podía comprar un hermanito. Yo creo que es una fase por la que pasan todos los niños, adoptados o no, la diferencia está en que una madre cuyo hijo biológico le pregunta eso se lo toma a cachondeo (como fué el caso de mi cuñada) y en cambio a una madre adoptante nos saltan las alarmas…. ¿será que no tenemos la conciencia tranquila? no lo sé… yo sí la tengo tranquila, pero a la vista está que no todo se ha hecho bien, entonces, también debemos tener claro que tarde o temprano, por muy claro que haya sido nuestro proceso, tendremos que explicarles que otros no…

      • A mí no me preocupa tanto que un niño se pregunte esto… como que se lo sigan preguntando, o sigan usando esta figura, de adultos, como veíamos en el libro de A.M. Homes o en el cómic de Jung… si solo fueran los niños, podría deberse a una confusión o a un malentendido. Pero creo que estas causas se puedan atribuir a adultos que, además, han hecho un ejercicio de reflexión sobre el asunto.

    • Nuestros hijos creen, mejor decir piensan o fantasean con muchas ideas… fueron secuestrados, mi madre es una cantante de ópera china, mis padres se ahogaron y yo sobreviví, mis padres me querían mucho pero una ley les obligó a dejarme, me compraron, mi madre era muy mala y cruel… pueden pensar y fantasear lo que sea. Pero hay cosas que es necesario, al menos para mi separar. Y Adopción y compra es una de ellas. Cuando salió el tema de la esclavitud hablamos de ello… vender un niño, una persona es un delito… no lo fue en otra época… pero hoy lo es.
      ¿por qué lo creen? cada uno es un mundo. Sin ir más lejos en el parque oimos esta explicación «como sus padres no la querían la vendieron a esa mujer» y mi hija me dijo ¡vaya tontería, no saben nada de nada¡
      porque nos preguntan cuanto nos costó… quizás en algunas ocasiones lo oigan a los adultos con esa manera de oir de los niños. Por que le dan mil vueltas a su historia… hay muchos porques

      • Y también hay hijos biológicos que fantasean con la idea de que son adoptados. Quizás forma parte de las búsquedas que parecen tan ligadas a la naturaleza humana

      • Sí, es cierto. O con ser adoptados… yo imaginaba que mis padres desaparecían y me iba a otras casas que me gustaban más…

      • Tienes razón. Y en nuestos hijos es búsqueda sea quizás más compleja

      • …otro tema interesante…. si un hijo biológico fantasea con que es adoptado o que cambia de padres… ningún padre biológico pensará en una mala vinculación, en qué he hecho mal… sin embargo estoy segura que si un hijo que fué adoptado fantasea con que cambia a otros padres (que no sean los biológicos) …también nos saltarán las alarmas.

      • ¿Quieres decir? En mi entorno hay niños adoptados que en alguna ocasión han manifestado querer otra madre (dos hijos de amigas mías, en un momento dado, me preferían a mí… también mis hijos han bromeado en alguna ocasión con cambiarse de madre) y ninguna de nosotras le ha dado más importancia que la que le habrían dado nuestros padres cuando éramos pequeñas… Yo me río y les digo que las madres no se escogen, que te toca la que te toca… y que que mala suerte tienen que les haya tocado una madre broncas como yo… y la cosa se queda ahí…

      • ostras no sé….yo es que el primer año viví como una paranoia el tema de saber si estábamos vinculando bien o no, etc… quizá todavía vivo con esa sensación… la verdad es que me he relajado mucho ya, pero quizá no del todo todavía… no sé.

  8. Este es otro tema que se las trae. A mi me lo dice ahora (ahora es incapaz de decirlo) y me rio como bien dices Madre de Marte. Pero buenos berrinches me he pasado con la niña y sus : ¡que mala suerte he tenido contigo, quiero que me devulevas y que me toque otra madre¡ ¿por que no puedo elegir yo la madre? . Era un microbio de tres años y me decía estas cosas. Hay que ver todo lo que se puede sufrir por ignorancia, me lo tomaba al pie de la letra y hacia caso textual a sus palabras. Le costó mucho dejarse querer.

    • Es muy duro vivir con un niño, con tu hijo, que no sabe dejarse querer, que tiene miedo a lo que puede pasarle si se deja querer (o quiere). Aún así, yo reconozco que todas estas manifestaciones siempre me las he tomado en clave: como un mensaje en el que en realidad me estaba diciendo que me querían, que querían que les quisiera, que necesitaban que les explicara que no les abandonaría nunca… en esta clave he respondido, y creo que no ha sido una mala opción…

  9. Pues yo, que sé que en nuestra adopción hay aspectos muy oscuros, no tengo la conciencia tan tranquila y tiemblo sólo de pensar las cosas que tendré que explicar a mi hija y que todavía no soy capaz de explicarme a mi misma.

    Me gustaría poder decirle, los hijos no se compran, y quedarme tan tranquila, pero no es lo que creo ahora mismo. Sor María está todos los días en la tele, y en nuestro proceso estoy segura que hubo una persona que, influyó no sé de qué manera y con que métodos, en la decisión de la madre de nuestra hija. Así que, hoy por hoy, sí creo que se mercadea con niños del tercer mundo para satisfacer los deseos de los papis del primer mundo.

    Y cómo se lo cuento a mi hija que ya con cinco años me soltó que la culpa de que no estuviese con su madre la teníamos nosotros que la habíamos comprado. Cómo se lo cuento si lo que yo pienso es que algo de razón tiene.

    Gracias Madredemarte por sacar este tema que tengo clavado a fuego 😉

    • Yo, con la información que tengo ahora (que soy consciente de que puede ser modificada en el futuro), no pienso que haya habido irregularidades en sus adopciones en concreto; pero soy consciente de que podría haber sido de otra manera. Que el hecho de que sus adopciones hayan sido correctas, no es más que una casualidad, que no se debe a nadie que yo hiciera mejor que otras familias. Como dijo alguien una vez, la adopción en algunos países tiene algo de jugar a la ruleta rusa.

  10. a mi también me alucino mi hijo cuando nos encontramos con una conocida en el super y esta me enseñó una foto del niño que tenían asignado(por cierto, en Marruecos…y va a hacer un año que la madre vive allí !!! y a saber hasta cuando…) y suelta » ah! este es el niño q van a comprar?» .
    El no parecía que lo dijese porque se sintiese como mercancia…pero supongo que a medida que crecen, nos culparán por haber dado ese «cambio» a su destino y nos responsabilizarán de todos sus males…cuantas veces les diría yo a mis padres en la adolescencia «pues no haberme tenido!!! ahora os j…..»

  11. Uf.. también me va a tocar eso? Pues a mí me gusta decirles que son míos, MÍOS de todo, y a ellos les gusta, por ahora. Es que los siento así. Mi niña no está en esa fase, pero imagino que llegará. Sí sé que tiene cierta confusión con el tema de lo que se puede comprar o no, sospecho que vivimos en una burbuja sin televisión y demasiado aislados de comentarios de extraños descuidados. Yo sí tengo la conciencia bastante tranquila en cuanto a su adopción, por el tipo de adopción, la ley del país y sobre todo, por la ridícula cantidad de dinero. Pero no me quedaré tranquila del todo hasta que me ponga a buscar su origen, con frecuencia pregunta por su mamá marrón y casi más por su papá marrón, no tengo qué decir y me entristece.

  12. Tampoco, como ha dicho cuadernoderetazos, en mi cabeza está unido el concepto adopción-tráfico, aunque exista. Mi hijo también me preguntó, muy al principio, cuánto habíamos pagado para comprarlo… Tuve con él esa conversación de «las personas no se compran» y nos reímos un rato. Desde entonces no ha vuelto a decir nada parecido y creo que lo ha comprendido.
    Creo que son muy importantes los mensajes que nosotros les enviamos a nuestros hijos. Yo no dudo que existe el tráfico de niños, pero interiorizar eso de tal manera que sintamos de forma indirecta que nosotros mismos hemos mercadeado con nuestros hijos me parece muy grave, sobretodo para ellos, porque se lo transmitimos. De todas maneras, dando vueltas al tema, creo que una cosa es que exista tráfico y otra cosa es comprar… Si yo envío mi TV a reparar y me dicen que tengo que pagar los gastos de transporte pero el arreglo entra en garantía y luego resulta que la marca utiliza ese dinero que me ha cobrado en concepto de transporte para hacer parte o toda la reparación… ¿he pagado la reparación? ¿o he pagado el transporte? Yo creo que he pagado el transporte pero otros han manipulado el dinero de tal forma que han acabado embolsándose un dinero que no les correspondía… o directamente me han engañado.
    Lo que quiero decir con esta comparación, salvando las distancias, claro, es que no es lo mismo que exista el tráfico (y no en el 100% de los casos) a que nosotros mismos hayamos sido parte de ese tráfico. No digo que eso no sea importante y que para nuestros hijos no lo vaya a ser, pero si les transmitimos que nosotros no hemos traficado, no hemos comprado ¿eso no les ayudará a sentirse mas fuertes y seguros que si entienden que nosotros sentimos que lo hemos hecho?
    A lo mejor soy una ingenua…

    • Quizás también sea una ingenua porqué estoy totalmente de acuerdo contigo. Además nuestros hijos (adoptados y biológicos) pueden pensar mil cosas y ahí fuera hay cantidad de personas, situaciones… dispuestas a ayudarles a interiorizarlas. Nosotros tenemos la responsabilidad de ayudarles a sentirse fuertes y seguros para que esos comentarios no los desestabilicen más de lo necesario. Afectarles está claro que les pueden afectar; a nosotros nos afectan (si no, no estaríamos escribiendo), pero hay mil cosas que nos afectan y las superamos, sorteamos….

      • Sobre esto escribimos unos días atrás, creo… que muchas veces minusvaloramos los recursos de los niños, su capacidad de entomar las cosas, de superar las adversidades…

    • Yo creo que es importante transmitirles a nuestros hijos, si es así, lo que nosotros sabíamos y pensábamos cuando iniciamos su adopción. Yo en ningún momento pensé que estaba comprando un niño, que mi dinero fuera a utilizarse de forma incorrecta o que no hubiera controles sobre la ecai que tramitaba mi adopción; si lo hubiera pensado, no habría seguido. Pero creo que también es importante explicarles lo que aprendimos después, que las cosas no eran tan sencillas ni tan transparentes, y que, en el mejor de los casos (porque algunos niños adoptados han sido víctimas del tráfico de personas), nuestra demanda ayudó a engordar la oferta de niños adoptables. Yo no me siento culpable, en absoluto, pero sí creo que tengo una responsabilidad.

      Y otra cosa muy distinta son las familias que han sabido adelante con la adopción, cuando ya sabían que existían irregularidades manifiestas y denunciadas y que podían encontrarse en este caso. ¿Cómo van a explicarse ellas? O las que podrían haberlo sabido pero prefirieron mirar hacia otro lado…

      • Yo personalmente tengo la conciencia supertranquila. en el caso de mi hijo, al ser adopción nacional no hay duda alguna y en el caso de mi hija, yo no la compré. Mi hija no tenía familia y necesitaba una y tuvimos la fortuna de ser los asignados.
        Hasta ahí, mi caso.
        Por supuesto que se que existe el tráfico de niños…pero a mi hijo de 5 años cuando pregunta a una madre que donde compró a su hijo, le contesto «los hijos no se compran»…porque no creo que proceda a su edad darle una explicación sobre el tráfico de menores, la compra de niños, las adopciones fraudulentas….

      • Bueno, esto es exactamente lo que decía en mi entrada… esto y que algún día no tendrán 5 años y habrá que explicarles más cosas, incluso si sus adopciones han sido transparentes al 100%.

      • Por supuesto que no procede, pero algún día leerán cosas en internet o en otro sitio que les lleven a cuestionarse su propio proceso.

        Ahí es cuando tú lo tienes fácil y yo no tanto.

        En mi caso sí que las cosas no se hicieron bien. Sí, vale, no tengo ninguna culpa y estoy intentando resarcir algún daño, aclarar alguna cosa y he denunciado los aspectos oscuros que he conocido de mi Ecai ante la Administración. Pero quién le tendrá que explicar todo a mi hija soy yo, y, aunque sé que me juzgará por muchas cosas el día de mañana, exactamente igual que yo hice con mis padres, sí que se me revuelve algo cuando pienso que también me juzgará por esto.

      • Yo creo que no es suficiente con decirles a nuestros hijos que hicimos las cosas bien, que fueron otros los que nos engañaron; también es importante decirles que, si hubiéramos sabido, lo habríamos hecho de otra manera. De esto, entre otras cosas, va este blog.

      • Yo creo que tenemos que intentar adaptar el mensaje a la edad. De todas maneras también creo que cada persona (y personas son los niños) es un mundo. Algunos niños sufren mucho pensando en su historia. Y a los 5 no, pero a los 9 a veces se hacen muchísimas preguntas. Si nos toca tenemos que saber responder, independientemente de que tengamos la conciencia tranquila. Y este foro nos hace pensar madre!!! Gracias.

      • No había visto tu última intervención, madre 😉

  13. Mi hija no fue traficada. No fue gracias a mí, fue puro azar. Coincidencia. Fortuna. Pero… lo cierto es que si ella está conmigo, y no con su madre etíope, es porque yo tengo dinero y ella no. Así de sencillo. Que con lo que me gasto en sus extraescolares de ballet al mes, su madre puede vivir otro mes. Que con lo que pagué el taxi al aeropuerto cuando fui a recogerla, ella puede vivir otro mes. Yo soy su madre porque tengo el dinero que su otra madre no tiene. Y a ver cómo demonios nos tripeamos eso las dos. Porque … ¿qué pasará el día en que me diga que por qué no le envié algo de dinero a ella para que pudieran estar juntas…? ¿Le digo que los niños no se compran, qué pagué por hacer papeles? Que puede ser cierto, vale, pero… hay más, hay mucho más.
    Sólo sé que las circunstancias de la adopción encuadran a la perfección dentro de las míticas palabras de ese asqueroso, durísimo, y real, ¡tan real! personaje que era el «frutero» de la serie «Siete Vidas», que decía, «ay, qué bien nos viene la miseria del Tercer Mundo al Primero».
    A ver cómo le explico eso a la persona que más quiero en el mundo.

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