familia monoparental, diversidad familiar y adopción

Tres minutos

(Sacado, como tantas cosas, de la página de Facebook Estrategias Educativas)

Es necesario revisar el concepto de tiempo en las propuestas y actividades y, sobre todo, en la organización escolar. Cuando en las escuelas decidimos los profesionales cambiar de actividad (por ejemplo, del juego de rincones para salir al patio) mirando al reloj, lo más común es comenzar a gritar un sonoro, “¡A recoger!”, acompañado de algunas palmas o de alguna música ritual escogida como estímulo para dicho momento. En una investigación realizada en Reggio Emilia sobre las normas escolares los niños de cinco años protestaron contundentemente por esta “violenta” forma que les hacía cortar bruscamente con lo que estaban haciendo. Después de una acalorada y democrática discusión (como suelen ser las confrontaciones educativas en las escuelas reggianas) las criaturas entendieron la necesidad organizativa (para no desbarajustar en exceso los tiempos escolares) de cerrar una actuación y de recoger los materiales. Sólo pidieron a las maestras dos cosas. La primera, que no gritaran y que se les dirigieran individualmente. La segunda, que al avisarles de que terminaran les dieran, por lo menos, tres minutos para hacerlo. ¿Por qué tres minutos? Porque parece que es el tiempo psicológico necesario para terminar algo con calma, con respeto a que la propia actividad adquiera su cadencia subjetiva de aparente final y cierre, aunque sea parcial.

Alfredo Hoyuelos

Comentarios en: "Tres minutos" (8)

  1. No solo en el aula. Se puede aplicar en casa. De habitual anuncio lo que viene a continuación: dentro de cinco minutos a comer, a cenar, a bañar, te dejo cinco minutos para que te vayas despertando… ya solo quedan dos minutos… le da tranquilidad. Y se evitan pequeñillos enfados que ya sabemos, a veces, se convierten en tormentas…

    • Claro!, esta era la idea, usar algo que se puede aplicar en el aula, en casa… darles tiempo para cerrar lo que están haciendo y prerpararse para la próxima actividad…

  2. A mi mucha gente me mira raro cuando le digo a H. «..en diez minutos nos iremos, tenemos que ir a la ducha, …» Siempre les a los que preguntan:…» quiero que se prepare y que disfrute de los últimos momentos»… y es que debe ser que los cambios bruscos no me gustan y sin embargo valoro mucho «las despedidas». A veces nos olvidamos de que una idea que se verbaliza lleva ya un tiempo en nuestra mente cogiendo forma y, sin embargo, en la de ellos, ajenos a nuestros procesos mentales, la idea (como pauta) irrumpe sin previo aviso. Muchas veces ya nos sucede que la llamo y es ella la que me dice: Sí, que en diez minutos…tiempo después todo fluye más suavemente…

    • Yo hago lo mismo. Aunque reconozco que luego no soy muy disciplinada, y los 10 minutos pueden convertirse en 20, 30… con lo cual no sé si el cacao mental (de ellos) aumenta… pero en general, no hay problemas, no hay dramas.

  3. Yo me empeñaba en dejar a mi hija tranquila hasta el último momento hasta que me dí cuenta del error (reconozco que algún día incluso me sentí mal por su poca capacidad de cooperación después de lo considerada que creía ser yo). Ahora aviso con tiempo y todo resulta más fácil.

    • Cuántos errores cometemos desde la mejor de las intenciones… Mis hijos, ambos, tienen bastantes dificultades con las despedidas / cierres de las actividades… y enseguida me di cuenta de que darles tiempo para prepararse era un mundo de diferencia. En otras cosas, te aseguro que no he estado tan rápida….

  4. Sin duda todos los días se aprende algo. Muchas gracias madre marciana!

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