familia monoparental, diversidad familiar y adopción

Superheroínas

M. me pasa un enlace con un blog inglés titulado «Single mothers ara superheroes«. Según la autora, mientras sus hijos eran pequeños, pudo ocuparse de todo porque no trabajaba; y ahora que son mayores y ella vuelve a trabajar, si su marido pasa una semana fuera va tan desbordada que no puede evitar pensar que las madres solteras somos super heroínas.

Obviamente, la realidad familiar y social de Estados Unidos es muy distinta de la de España. Aquí no es tan difícil conciliar hijos y trabajo, no se exige que las madres estemos al 100% bolcadas en nuestros hijos, sus trabajos escolares, sus actividades extraescolares, sus relaciones sociales y su «pertenencia» a los distintos grupos. Nadie espera que horneemos galletas, que nos ocupemos de la decoración de la casa y el gimnasio del colegio en cada fiesta señalada, ni que nos pasemos el día haciendo de chóferes entre las múltiples obligaciones de nuestros hijos.

Pero, salvando las diferencias, el discurso de la «superheroína» también lo oyes aquí.

Hace algún tiempo, pertenecí a un grupo de padres, que de hecho era un grupo de madres, porque aunque yo era la única monoparental, las madres brillaban por su ausencia. El relato de la vida cotidiana de las otras madres del grupo parecía una película de horror, llena de baños por limpiar, pilas de ropa por planchar, niños con los que pelear y un marido que parecía ser un cero a la izquierda.

Un día no pude más y les dije que me sorprendía que, teniendo el doble de adultos en casa, fueran mucho más estresadas y agobiadas que yo. ¿Su respuesta? «Tener un marido es como tener un niño más».

¿Por qué se sienten tan desasistidas muchas mujeres que viven en pareja?

Creo que una buena parte de la responsabilidad en esto es de las mujeres, que a menudo  consideran que sólo ellas pueden tomar las decisiones correctas y hacer las cosas bien, que se quejan de que cualquier cosa que hace en la casa «les da más trabajo», que les van detrás señalando todo lo que hacen mal en vez de asumir que quizás simplemente tienen otra manera de hacerlo. 

Seguimos considerando la conciliación cosa de mujeres, seguimos hablando de «feminización de los horarios» (en vez de humanización)…  flaco favor nos hacemos. 

Seguimos cargando sobre nuestros hombros el peso de la familia. 

¿Y qué mensaje recibimos? Que a las mujeres nos engañaron, que trabajar no era la solución, que vivíamos mejor antes (¿en qué «antes»? ¿cuándo vivimos las mujeres en ese mítico «mundo feliz» en el que no teníamos nada más que hacer que ocuparnos de la prole?)

¿Por qué parece que la liberación de los hijos tiene que pasar siempre porque las mujeres renunciemos a nuestras inquietudes profesionales y nuestra independencia económica? ¿No os da la sensación de que cada vez que hay una crisis salen voces explicando lo importante que es para los hijos que las madres – y sólo las madres – nos quedemos en casa con ellos? ¿No habría alguna forma de conciliar sin renunciar al trabajo ni institucionalizar a nuestros hijos?

Comentarios en: "Superheroínas" (17)

  1. Yo soy monoparental y también he oído a padres y madres que viven en pareja y que se quejan de que hace siglos que no salen, que no van al cine… Yo no discuto que no es igual de fácil salir en pareja cuando tienes hijos, pero escaparte un sábado por la tarde al cine si tienes a tu pareja en casa tampoco es tan imposible, no? Quizás es un buen momento para cultivar la amistad, para quedar con una amiga para una cerveza rápida y unas risas, teniendo al partner en casa. O cuando los niños son más mayores, para construir red con otras familias y hacer turnos de canguros?
    Yo, que no tengo pareja, lo hago con la ayuda de mi madre, ni que sea una vez cada mes o mes y medio. Y vuelvo a casa con las pilas cargadas y feliz como un anís…

  2. Tengo amigas casadas en las que la única diferencia entre lo que hago yo y ellas, es que a mi me queda mi madre o mis hermanos con mi hijo cuando tengo que hacer algo y a ellas el marido, y que no duermen solas, por supuesto.
    ¿compensa? pues depende de cada una, hay mujeres que necesitan sentirse queridas por un hombre y vivir en pareja para ser felices y lo respeto. Lo importante es eso, que seas feliz y que sea eso lo que quieres. Lo triste es cuando quieres corresponsabilidad y no la encuentras. La culpa la tenemos las mujeres, que no educamos a los hijos en la corresponsabilidad y después es dificil cambiar eso cuando tienes 30 años, que al marido no le sale natural, te ayudan, pero no llevan la responsabilidad.

  3. Demasiado fácil sería decir que toda la culpa es de las mujeres (soy hombre, por cierto); uno no sabe qué empezó antes: si la superresponsabilidad materna que a menudo tiende a echar a un lado al padre, o la actitud de este, dejándose echar a un lado encantado. Pero, en cualquier caso, me alegra ver autocrítica en tu post.

    En cuántas facetas de la vida nos quejamos de situaciones que estamos provocando…

    Con respecto a la vida en pareja, el cansancio, que en lugar de aligerar pese… en fin, es el tema eterno. Yo creo que, al margen de los sonoros fracasos, a menudo las frustraciones se deben a expectativas ilógicas, casi absurdas por exageradas. Pero no sé, será algo más.

    En el caso concreto de repartir tiempo, de organizarse o incluso de cogerse momentos «privados», en mi opinión no hacemos cosas que a ambos nos apetecería, casi casi porque se supone que «no nos deberían apetecer». Luego uno se separa, se ve obligado a repartir tiempo con los niños, y de repente descubre que puede hacerlo todo él solo.

    Un beso.

    • Yo creo que la culpa (o la responsabilidad, creo que me gusta más esta palabra) está repartida; probablemente, a ambos les cuesta relajarse en sus papeles.
      No sé si los hombres son más «despreocupados» o simplemente, han tenido que preocuparse menos… no tienen que acordarse de la chaqueta, la bufanda y el gorro, que decía Eva, porque ya tienen a su mujer que se lo recuerda ¿Acabarían haciéndolo solos si ellas dejaran de recordárselo? Supongo que esta es la pregunta del millón… esta y si la criatura sobreviviría al invierno alemán…
      Y luego está el hábito: es como cuando una mujer te dice «plancho yo porque él se tira la tarde con un una camisa». ¿Cuántas camisas ha planchado este hombre? ¿Cuántas su mujer? ¿Cuántas camisas tuvimos que planchar para aprender a hacerlo?

  4. Yo creo que el sistema actual, que por motivos económicos prácticamente obliga a trabajar a ambos (a jornada completa), es objetivamente peor. Que sería mil veces mejor poder dedicarle tiempo a la familia (o a lo que nos saliera de las narices); para nosotros y, en su caso, para los niños. Que la solución de «institucionalizarlos», incluso en los países donde es fácil y el estado lo paga todo, es claramente peor a que estén con nosotros.
    Qué bonito sería poder trabajar media jornada cada uno, y que nuestros hijos no se pasasen la infancia en actividades.
    Pero, eso sí, las posibilidades, las opciones, deben ser las mismas para el padre y la madre.

    Otro tema: ¿cuántas mujeres optarían por no trabajar (suponiendo que su situación económica se lo permite) si no «quedase mal»?
    (No digo nada de los hombres, porque ya ni se plantea; pero si se plantease…)

    • No puedo hablar por otras mujeres: yo probablemente optaría por dejar de trabajar si esto no implicara dependencia económica de mi pareja (en caso de tenerla, claro), o imposibilidad de reincorporarme a mi trabajo. O sea, en el sistema finlandés, que permite estar 3 años sin trabajar pero cobrando ayudas… mis hijos no habrían ido a una guardería. O si fuera funcionaria y pudiera pedirme un año de excedencia sin poner en peligro mi carrera, por ejemplo…
      Si se lo plantease un hombre… probablemente nadie, o casi nadie en su entorno lo entendería.

  5. Yo no valoro tanto mi trabajo porque soy administrativa. No estaría contenta 24 horas al día en casa con la prole porque tengo mucha prole pequeña y «junta». Pero la realidad es que si consiguiésemos una reducción de jornada, hornearíamos las galletas, aprenderíamos latín con ellos e iríamos cada fin de semana a un cumpleanos con nuestros hijos.

    Pero no hay peligro, que tal y como están las cosas, no la conseguiremos sin una superior reducción salarial que impedirá pagar la luz con la que hornear las galletas.

    Respecto a lo que pretendemos ser supermegamadres y no dejamos que el marido arrime el hombro. Te responderé con una imagen que vi hace años saliendo precisamente del trabajo (tengo miles, esta es una más):

    Alemania. Invierno. Frío polar (pongamos -10). Hombre alto y bien vestido sale de buscar a la niña de la guardería. La lleva en brazos con el chaquetón subido y por tanto los riñones al aire. Con el gorro colgando de tal modo que no tapaba ni la coronilla. La bufanda en la mano del papá y el chaquetón bien abierto con el cuello al fresco.
    Al verlo no supe si irme a pegarle una patada en la espinilla … pero acabé riéndome por dentro porque para aquel hombre su hija llevaba gorro, bufanda, el abrigo de plumas y las botas de nieve… seguro que su mujer se lo había recalcado por la mañana.
    Sí, hay otros, otros las abrigan , pero les ha costado a su señora esposa horas de discusión y algunas peleas.

    Ahhh! yo pasé una terrible neumonía de pequeña, estuve mucho tiempo en el hospital.
    ¿imagináis quiénes van más a los hospitales aunque trabajen ambos jornadas completas?

    BIen. No no debemos generalizar. No generalizando pregunto: ¿ a cuántas familias monoparentales hombre/hijos conocéis?. Si me váis a decir que es porque no pueden… lo siento, podría ser en algún caso, pero en general, no cuela. Perdón, trataba de no generalizar. Yo conozco a 5 familias monoparentales madre/hijos directamente y una hombre/hijos no directamente.

    Yo no creo que seamos tan gilipollas ni vayamos de supermadres-agotadas-lo-doy-todo-por-mis-hijos. Yo creo que, claramente, las mujeres somos muy diferentes a los hombres y no nos basta con que el niño respire para estar tranquilas.

    Saludos
    Eva DE

    • ¡Menos mal que no querías generalizar, Eva! Porque tu última frase…

      Yo creo que no pasa nada por reconocernos diferentes (en aptitudes y actitudes), pero antes hay que tratar de ver cuáles de esas diferencias son únicamente educacionales.

  6. martucha dijo:

    Somos supermujeres??? creo que no, lo que pasa que tal y como está montado el tinglado pagar ayuda en casa es un lujo que no todas podemos permitirnos, aunque yo creo que es el dinero mejor invertido para no estar cabreada como una mona en cuanto entras en casa y tienes que recoger la lavadora, colocar la ropa, poner otra, preparar la cena, el bocata del día siguiente, tu comida de tupper, la ropa del día siguiente tuya y de los polluelos…
    Y sí que creo que hombres de Venus y mujeres de Marte, no somos mejores ni peores, simplemente creo que estamos más pendientes de los detalles (que llevó ayer al recreo para no repetir hoy, que comió en el cole y cenó ayer para la cena de hoy etc)
    Respecto a las tareas del hogar, aunque muchos hombres se implican cada vez más, creo que faltan unas generaciones para borrar de los comentarios el «te ayuda?, colabora en casa?» me produce retortijones cada vez que me hablan así ,y mi marido ha dejado de usar el «te tiendo la lavadora?» mi mirada asesina le hace temblar.
    Y sobre salir, hombre, yo para salir sola no tengo problema, está él, y eso que conozco mamas que no cuentan con que el papá se quede, porque se agobia («pues que se agobie», pienso yo pero…). A veces apetece salir juntos y ahí creo que tenemos el mismo problema, monoparentales, biparentales o poliparentales, tienes que buscar apoyo externo sí o sí.
    Siento haberme extendido tanto.

  7. Pues eso, que prácticamente todo es educacional. Están cambiando los roles, pero aún estamos en ello.

    Yo me considero detallista y centrado en mis hijos. Y me preocupo de lo que comen más que su madre, de aquí a Lima… Pero, de todos modos, creo que algunas de nuestras (en general) diferencias son solo eso, diferentes formas de paternidad, seguramente centradas en cosas distintas; pero no necesariamente peores.

  8. Como le digo a veces a alguna amiga: no te preocupes, que el niño no se muere si lo dejas una tarde con tu marido!!!, los niños son como robles y a veces nosotros los protejemos de mas, aunque tenga los riñones al aire, si va directamente al coche no pasa nada y si no. Por supuesto que somos distintos en los detalles, pero de hecho creo que hasta es bueno para los niños. Hay mucho que cambiar en la sociedad, empezando por muchas de nosotras.

  9. Yo como tenedora de una neumonía no creo que sea bueno para los ninos ir desabrigados a -10.

    Tampoco pienso que los cuidados de un padre sean mortales por necesidad. Por eso me voy a trabajar todos los días y es mi marido el que se ocupa de los ninos y la casa, el que no trabaja fuera.

    Cuando decía que al hombre le basta con que respire…es una broma para intentar describir que son mucho menos exigentes.

    Sigo diciendo que la maternidad es diferente a la parternidad, porque somos mujeres y hombres. Que si hay cosas educacionales, la eduación nos viene desde hace tantos miles de anyos que a mi ya me parece genético. Y hay muchas cosas que son tan genéticas como que estamos preparados para parir unos sí y otros no.

    En mi familia yo trabajo y mi marido se queda en casa. No seré yo quien diga que el hombre no puede hacerlo. Pero creo que en la inmensa mayoría de los casos las mujeres lo hacemos mejor. Y no creo que sea sólo la educación.

    Ayer preguntaba cuántos hombres forman familias monoparentales. Hoy pregunto cuántos hombres hay por los foros y los blogs de adopción. ?es porque trabajan y no tienen tiempo?
    Pues no! es porque somos muy diferentes.

    Y, Portorosa, encantada de conocer a un hombre que se preocupa más que su mujer de la comida de los ninyos. Pero reconoce que sois una excepción. Buena, pero excepción.

    Yo entono un mea culpa. Seré sobreprotectora, pero a mi me sobreprotegieron y he salido normalita tirando a muy valiente. De hecho, parece ser que los más protegidos (sin llegar a el extremo ridículo) tienen más fortaleza emocional.

    Saludos

  10. Hola, Eva.
    En realidad te doy la razón en todo, creo.
    Sé que en eso soy una excepción. También en que yo decoré la casa y la limpiaba. Pero fíjate si tenemos los estereotipos claros que siempre lo explico diciendo que tengo un lado femenino muy desarrollado.

    Pero yo creo que sí, que somos distintos. En la ma/paternidad, supongo. Imagino que el nexo madre-bebé, por ejemplo, es especial, por una cuestión casi física. Pero hay excepciones; y además lo que no puede suceder es que esas diferentes aptitudes determinen posibilidades, limiten opciones. Hay que poder elegir.

    En cuanto al trabajo doméstico, ahí sí que tengo claro que si alguna vez hubo razones para la diferencia, hace tiempo que han desaparecido.

    Besos.

  11. MIlagro! un hombre me da la razón en todo! en esto también eres una excepción, Portorosa!
    Se lo tengo que decir a mi marido!
    jajaja

    Bueno, no sé qué decirte del asunto doméstico. Eso sí tiene que ser genético por webs.

    Sigo con mis preguntas ?quién ha conocido a un hombre que sepa planchar? (no he dicho planchar bien, he dicho planchar)
    Yo creo que tenéis un gen-no-plancho predominante norecesivo y que a ver si lo podemos arreglar con ingeniería genética!
    Para las pruebas puedo enviar a mi marido.

    Ahhh! y lo del nexo madre-bebé… yo tengo más nexo con mi hija adoptiva que con los dos biológicos. ?no podría ser porque ella es mujer y los otros no?. Esto me lo pregunto yo a mi misma con frecuencia. No tengo respuesta todavía. Ya avisaré cuando lo aclare.

    Besos
    Eva

    • En mi colegio hay una familia en la que SIEMPRE plancha el padre… por lo menos uno hay, ya ves… mi padre sabe planchar también (aunque no suele hacerlo, es como yo, va arrugado), pero es que mi padre es un bicho raro y todavía lo era más en los 70… siempre ha cocinado él, siempre ha hecho la compra (¿os podéis imaginar las vendedoras del mercado cuando le veían llegar en aquella época en que pocos hombres se acercaban a las tiendas si no era con un encargo específico de su mujer?), siempre ha hecho parte de las tareas domésticas…

    • Mis compañeras de trabajo aseguran que las mujeres tienen un gen (del que los hombres carecen) que les hace no poder pasar por alto cuando hay polvo en una estantería, por ejemplo. Yo tengo que decir que, o soy un hombre, o ese gen lo desactivé… en casa era mi ex quién se agobiaba si veía polvo (y quién lo limpiaba, claro), y yo acabé muy harta de que me persiguiera diciendo cómo había que limpiar las cosas (la parte que me tocaba a mí, porque era un negociado que teníamos repartido).
      Quizás por esto me es fácil ver el punto de vista de algunos (que no todos) hombres…

      No sé si el vínculo entre madres e hijos es más intenso que el que tienen los padres; sí he descubierto que nos relacionamos de una manera distinta. Los hombres se relacionan con los niños de una manera mucho más física, a través del juego (dice Punset que las mujeres maduramos y los hombres se quedan en los 12 años…)… mis hijos lo necesitan, y a menudo buscan «padres temporales» entre nuestros amigos.

  12. Yo.

    Tardo un huevo, pero sé.

    Ese nexo, en fin, he dicho que era casi físico, porque así lo creo (¿no cuesta creer que no sea así, que llevar un bebé dentro durante nueve meses no cree unos lazos?), pero supongo que hay algo más. Mi novia tiene un hijo, adoptado, y estoy convencido de que eso lo vivió de un modo muy parecido. Probablemente nuestro (hombres vs. mujeres) cariño sea distinto. Y probablemente eso sea bueno. Yo llevo cuatro años reivindicando que el mío es igual de intenso que el de una madre, y que los necesito tanto como ella, pero no puedo evitar sentirme en minoría, al mirar alrededor…

    NO TE DOY la razón en lo del trabajo doméstico: que no te tome el pelo tu marido 😉

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