familia monoparental, diversidad familiar y adopción

Llevo días leyendo por Facebook este afiche, que comparten, encantados del mensaje, muchos de mis amigos.

Y a mí me pone los pelos como escarpias.

Comenzaré por negar la mayor: muchos maestros nos dicen estas cosas a los padres, incluso aunque no sean ciertas… eso sí, ¡no te atrevas a decirles tú lo que piensas de sus errores! (incluidas faltas de ortografía, que en los papeles que llegan del colegio de mis hijos las hay, y no pocas).

Nos dicen que los niños no tienen límites, cuando es prácticamente imposible criar a un niño sin límites: otra cosa es que nuestros límites sean distintos a los que los maestros ponen o pondrían, o que sea distinta nuestra manera de imponerlos.

Nos dicen que hay que escuchar y creer a los niños, cuando ellos parecen no ver ni oír buena parte de las cosas que suceden en aulas y (sobretodo) patios, y cuando yo les he visto imponer castigos sin dejar que una de las partes expusiera la situación (que a menudo no era la que ellos pensaban que era).

Nos dicen que los niños son los que tienen que hacer los deberes… sin plantearse por qué razón se los hacen en muchos casos los padres. No se plantean si es excesiva, o excesivamente difícil, si es necesaria o aporta algo… Autocrítica cero.

Nos dicen que los niños tienen que hacer actividades en familia, cuando a menudo la sobrecarga de deberes les deja (y deja a los padres) sin horas para compartir tiempo de esparcimiento unos con otros.

A la pregunta de «si no estudia ahora, ¿cuándo lo hará?», yo les devuelvo otra que para mí describe una realidad mucho más inquietante: Si no juega ahora, ¿cuándo lo hará?

Cuando nos dicen que no se puede cuestionar al maestro, les transmiten un modelo social de sumisión y obediencia a la autoridad, aunque sea injusta. Les enseñan a no tener criterio propio, a no levantar su voz, a no defender sus derechos. Les preparan para ser borregos que encajen en el sistema productivo, que no se cuestionen, que no se rebelen.

En el colegio de mis hijos nunca jamás ningún maestro ha hecho ninguna reunión en su tiempo libre. Nunca. Somos siempre los padres los que tenemos que ajustarnos a sus horarios inverosímiles que colisionan con cualquier horario laboral habitual en este país. Lo cuál no tiene nada de malo, pero no les da derecho a queja.

Y por último, la frase estrella del afiche: «Los padres son los principales educadores de sus hijos y no pueden delegar esta responsabilidad en terceros».

Y… el problema para mí es el contrario (y todos los consejos previos del afiche lo demuestran): el problema es cuando no quieres delegar la educación de tus hijos en la escuela (o en otros profesionales), y tomas tus propias decisiones de crianza … y estas no son las que ellos tomarían. A mí me ha costado mucho hacerle entender a más de una maestra de mis hijos que hay más de un modelo de crianza, y que algunos optamos por hacer cosas distintas a las que ellas harían o hicieron no por incapacidad, estulticia y dejadez, sino después de reflexionar, leer, pensar, escuchar a gente con posiciones distintas, probar y llegar a nuestras propias conclusiones.

Mis hijos han tenido en los últimos años como una docena de profesores de distinto tipo (de tutoras a especialistas) y no tengo ninguna queja: mi experiencia personal es que son todas excelentes profesionales, más allá del «cumplimiento del deber»… pero sí hay algo que todas comparten y que a mí no me gusta: esta visión general de los padres como «ineptos», «incapaces», «irresponsables»… menores de edad en resumen, que tan patente queda en el afiche que ilustra el post. En todas las reuniones de clase que hemos hecho (a ojo, una docena), hemos salido indignados de que nos trataran como si fuéramos idiotas y no supiéramos educar a nuestros hijos (alimentarlos, generar hábitos,etc). Y los que salimos indignados somos los padres y madres que hacemos muchas cosas de las que ellos recomiendan (desde hacerles lavar los dientes a darles fruta, pasando por llevarlos a dormir pronto), porque lo que nos molesta no es que tengan opiniones o criterios distintos a los nuestros: es que piensen que no sabemos asumir nuestras responsabilidades y tomar decisiones que pueden ser tan correctas o más que las que ellos tomarían o han tomado.

Hace casi 7 años que tengo hijos y paso muchísimas horas de mi vida en parques, puertas del colegio, plazas, etc, rodeada de niños y de sus padres. Y la inmensa mayoría son personas razonables, responsables y capaces, que educan a sus hijos con tesón y paciencia, sin desfallecer, aunque, como cualquiera, puedan cometer errores. ¿Que hay algunos descerebrados en el colectivo de padres? Por supuesto, como los hay en cualquier colectivo, también en el de los maestros, o, pongamos, el de los blogueros… la diferencia es que el de los padres es el único colectivo donde se toma la parte por el todo, y donde los desmanes de una minoría sirven para (des) calificarnos al resto.

Comentarios en: "Lo que los padres no se atreven a decir a los maestros" (99)

  1. Toda la razón, que dificil es ir a contracorriente en la escuela y no ser una madre «aborregada». Por supuesto que a mi hijo le inculco que hay que tener respeto al profe y hacer lo que dice en clase, porque el es el que la dirige (mamá tambien tiene un jefe en el trabajo que me manda hacer algo de mi trabajo y yo lo hago porque es su decisión), pero fuera del ambito escolar decido yo. Que me digan que días tiene que comer fruta o los trabajos para hacer en familia los fines de semana ( vease sacar cosas de internet a un niño de 5 años, o sea que las saca su madre) pues por ahí no paso, ese es mi ámbito y lo decido yo.Cada año, cuando voy a hablar con la tutora que le toca se lo explico, apoyo 100% a sus decisiones en clase, pero el fin de semana, comidas, etc… lo gestiono yo solita y si el niño el lunes no lleva las fotos de Noruega (5 añitos) porque su madre por definición no se conecta al ordenata los fines de semana, pues no puede decirle nada o si los martes no lleva fruta y le mando un trozo de chocolate, mayormente porque el toma la fruta de postre y a la merienda, yo decido que cosas hago con mi hijo. Lo curioso es que todas me dicen mas o menos lo mismo, «ya veo que tu si que compartes mucho tiempo con tu hijo, lo hacemos para obligar a los padres a que al menos pasen un tiempo con su hijo haciendo una actividad» y mi respuesta es la misma: pues esos padres tienen un problema y dudo que tu lo arregles poniendo una actividad a realizar por los padres mayormente. «mamá no va a la escuela, ya ha asistido desde los 3 años a los 25» así que «mamá no hace deberes», si el niño puede hacerlos solo bien, si no al día siguiente que le pregunte a la profe lo que no sabe hacer.

    • Yo creo que en realidad el efecto es el contrario: hay padres que se comportan como menores de edad, porque les tratan como menores de edad… si les consideraran adultos responsables, tomarían con mayor ahínco las riendas de su familia.

      Yo tampoco me conecto al ordenador el fin de semana; pero es que además, tampoco tenemos por qué tener ordenador en casa, o impresora; muchas familias no lo tienen. ¿No les pone esto en desventaja?

    • Lo siento, pero no creo que los padres que no van a contracorriente en la escuela, seamos padres «aborregados». Creo que faltas al respeto con este comentario a muchas familias que quizas no actuamos o pensamos como tu.

      Afortunadamente, madre de marte, yo en la escuela de mi hija he encontrado a unas profesoras abiertas al dialogo y que nunca se han colocado en «una superioridad moral» porque creo que en la vida nadie esta por encima de nadie.

      Puedo entender que en algunos casos las profesoras puedan dar los consejos que ellas puedan considerar necesarios para mejorar la situación de un niño en la escuela, pero obviamente en el ambito privado cada cual tiene derecho a actuar como considere mejor.

      Tambien he visto niños, con una falta de limites en la escuela increibles y eso es consecuencia de la educación que reciben en casa. Cuando mi hija empezo primero, una madre me decia para argumentar que su hija no hacia religión, que: «la escuela la eduque y le de valores que yo ya le explicaré la religión». En fin, creo que nadie tiene la verdad absoluta y dependera de cada caso pero seguro que hay muchos maestros que suscribiran el cartel y muchos otros que les parecera una tonteria.
      XX

      • Yo no creo que los padres que coinciden en sus premisas con la escuela estén aborregados si (y sólo si) han llegado a estas premisas por si mismos (e igualmente sucede al contrario: sin duda los hay que van a contracorriente por sistema, sin pensar mucho).

        Yo también puedo entender que el profesorado se sienta obligado y legitimado para dar consejos a las familias para mejorar la situación de los niños en la escuela (y hasta fuera, pueden tener una mirada más objetiva que los padres), pero creo que estos consejos tienen que darse desde la igualdad,, más desde acompañar que desde aconsejar; y que tienen que aceptar que sea un camino de doble dirección, que los padres también podamos ayudarles, indicarles, acompañarles… a ayudar a nuestros hijos (al final, nadie les conoce mejor que nosotros).

        En cuanto a la escuela de tu hija, es una suerte, sin duda, que te sientas tan a gusto. ¿Crees que la sintonía se debe al colegio o a tu hija?

      • Creo que la sintonia en mi caso se debe un poco por las dos partes, es cierto que mi hija no da ningún tipo de problema a ningún nivel, pero me consta que hay algunos niños con los que hay algún tipo de problematica, y que la escuela junto con los padres intentan encontrar soluciones. Pero de momento mi hija ha tenido la suerte de encontrar hasta ahora a profesoras muy validas en el ambito profesional y sobre todo personal. (Esperemos que continue….)

  2. Bueno, bueno…tranquila.
    Yo tampoco estoy de acuerdo con el cartel, pero ¿quién es el autor del mismo?
    Estoy segura que muchos maestros tampoco están de acuerdo con él.
    No le des más importancia. A un «listo» se le ocurrió ese listado y ya está….no hay más.
    No creo que ningún maestro normal piense en decirle a un padre eso de ¿»Usted quiere a su hijo?»

    • No sé si muchos maestros comparten estas ideas. Desde luego, yo soy hija, nieta, sobrina y amiga de maestros y ninguno de ellos ha dicho jamás nada ni remotamente parecido (pero son personas, y maestros, normales). Sí sé, y me preocupa, que las comparten muchos ciudadanos. Entre mis amigos de Facebook hay muchos que lo están convertiendo encantados, y convencidos de tener la verdad revelada…

  3. Me paro ya en el primer punto. Que los niños no tienen límites en casa. Vale. En muchos casos, probablemente es así. Pero, yo pregunto, los tienen en el cole? Porque ya sabes qué ha pasado con las colonias de mi hija este año. Y me entero que el niño que le ha hecho la vida imposible esos días, tenía los tres avisos que le dijeron que eran necesarios para NO poder ir de colonias.
    Es decir, que el niño NO debía de ir de colonias, porque siguiendo el criterio del colegio, al tercer aviso (en un mes, eh, no te creas que en todo el curso!), ya no le dejaban ir.
    Los avisos fueron por empujar y hacer caer a un compañero, por hacerle la peineta con el dedo a una profesora, y por llamar hija de puta a no sé qué niña en la clase.
    Pero resulta que el niño fue de colonias.
    ¿Límites? ¿Que seamos coherentes y mantengamos los castigos?
    JA. JA. Y JA.
    Espero que me lo vuelvan a decir en alguna reunión, porque les voy a sacar los colores.

    • Pues sí.
      Sin embargo, discrepo en lo de que muchos niños no tengan límites en casa. No sé si habrá algún caso, pero tiene que ser casi anecdótico. ¿O hay mucha gente que deje que sus hijos beban lejía, crucen una avenida llena de tráfico sin mirar y con el semáforo en rojo, metan los dedos en enchufes? Esto también son límites…

  4. No identico a muchos maestros/as que conozco ni con el cartel ni con el post… y este remata: » la diferencia es que el de los padres es el único colectivo donde se toma la parte por el todo, y donde los desmanes de una minoría sirven para (des) calificarnos al resto.» y me parece que esa frase es completamente aplicable al gremio docente (incluso sanitario) y que precisamente es lo que hace la autora de este post.

    En resumen, que qué malas son las generalizaciones; siempre.

    • Estoy de acuerdo en que las generalizaciones son malas. ¿Cuáles he hecho yo?

      • Mm, casi todas.
        Dices que, por lo general, los maestros no escuchan, no hacen autocrítica, no piensan si se exceden o no en los deberes, que tratan a los padres como ineptos o incapaces, que transmiten sumisión y obediencia cercenando la creatividad y el pensamiento crítico… Todo esto lo dices «en general», lo que hacen «muchos maestros» y es, o a mi me parece, incluso más injusto que el cartel.

      • No, no he dicho que lo hagan en general. Digo que lo hacen. Todas son cosas que a mí o personas de mi entorno nos han dicho, en una o varias ocasiones, en general con un tono de superioridad bastante desagradable. Lo cual no quiere decir que lo hagan todos (¿de dónde se deduce esto?)

      • «No, no he dicho que lo hagan en general. Digo que lo hacen.» 0_o Entonces, lo hacen en general, ¡¿no?!
        «Nos dicen que….» «Nos dicen que…» ¿Quienes? Los/as maestros/as en general, «muchos maestros/as» ¿no? os los dicen a ti «o personas de tu entorno con un tono de superioridad…» todo en general, entiendo.

        Definitivamente, creo que, del texto se desprende generalización, (otra cosa es que no fuera tu intención, eso yo no lo sé)
        Es muy complicado hacer generalizaciones y no ofender a nadie, (igual que pasa con el cartel) y no ser injusta con nadie, el cartel es injusto (y una idiotez) y este texto, para mi, también lo es, y mucho.

        (No pretendo ofenderte a ti ni a nadie, que ya he leído por ahí discusión acalorada)

      • De acuerdo, acepto que puede estar mal especificado y entenderse como generalización. Pero no era esta mi pretensión: Como he dicho en el anterior comentario, son cosas que yo o personas cercanas hemos oído, pero no creo que todos los maestros compartan esta idea, ni siquiera la mayoría. Desde luego, no los maestros que tengo más cerca (hay o ha habido 6 en mi familia más próxima, de distintas generaciones, y lo es una de mis mejores amigas), con los que hemos discutido largo y tendido sobre estos temas.

        Sin embargo, sí creo que en general vivimos una época en la que la parentalidad se está delegando en profesionales ajenos a la familia (la idea no es mía, se la copié a la dra. Torres de Beà, del libro «la mejor guardería tu casa», que comenté aquí: https://madredemarte.wordpress.com/2011/05/09/los-profesionales/). Y creo que esto es un error, por parte de los padres, pero al que también nos empujan (a veces: no generalizo) muchos de estos profesionales.

      • Una segunda lectura (bueno, una enésima lectura) me hace ver que en el párrafo anterior a la «generalización», al nos dicen,, está el sujeto de la acción: «muchos maestros». Creo que esto me exime del pecado de generalizar. 😉

      • (Mi «este texto, para mi, también lo es, y mucho» está referido a lo «injusto» no quisiera que se entendiera que es una idiotez ya que no quisiera faltarte a ti al respeto)

        Ah, en lo que si que creo que tienes razón es en que hay bastante gente que suscribiría tus palabras sin pensarlo, igual que hay mucha gente que suscribe las del cartel, en mi humilde opinión, por un lado y por otro, se equivocan y toman la parte por el todo muy injustamente.

      • Pues espero que también haya mucha que no suscriba, ni uno ni otro, sin pensarlo; al contrario, que los utilice para pensar, para reflexionar, y llegar a sus propias conclusiones, se parezcan o no a las mías; y que las compartan aquí y nos hagan pensar a los demás y hacernos una idea quizás distinta a la que teníamos en principio.

        Igual me equivoco, pero creo que el texto es menos injusto si aceptar mi matiz de que no pretendía generalizar sino poner encima de la mesa algunas actitudes de algunos maestros respecto a las familias (que coinciden en líneas generales con el tono del texto que da origen al post).

      • Bueno, pues de acuerdo, no estamos de acuerdo… 🙂
        Yo no estoy de acuerdo porque he conocido a muchos maestros/as a los cuales les encanta su profesión y viven por y para ella y que trabajan cada día para comunicarse más y mejor con las familias, que no necesitan un absurdo cartel en la puerta del aula y trabajan para crear ese pensamiento divergente que tu dices que cercenan, para crear actividades y tareas motivadoras, diferentes, creativas y adaptadas a la realidad en que trabajan..etc, etc.
        Así que, no sé, está bien que hayas querido poner esta idea crítica del cartel desde tu punto de vista (ya que también es injusto con las familias) y seguro que sirve para la reflexión ya que está claro que sí que hay docentes que cometen esos errores que tu dices, ni siquiera me parecen mayoría y no creo que ninguno haga «cosas mal» queriendo, así que servirá. Claro.

        Gracias por la discusión, de verdad. Un saludo y ojalá encuentres maestros/as que te satisfagan y con los que puedas hablar con normalidad.

      • Seguro que los habrá. También entre los que leen el blog, y están en desacuerdo con lo que digo.

  5. vaya gilipollez de artículo. Y es muy bonito y está muy bien argumentado y blablabla… pero es una gilipollez por una sola cosa: generaliza.
    Yo soy profe, y también puedo escribir una soberbia gilipollez de artículo sobre los padres, poniéndoles a parir por esto y por aquello y por lo otro… Pero tendría que generalizar. Y los padres no son todos iguales. No has escrito una opinión, has perdido el tiempo. Con todo mi respeto.

    • Gilipollez (repetido tres veces) es incompatible del todo con la palabra respeto. Si quieres opinar, hazlo con argumentos, no con insultos. Seguro que sabes hacerlo si lo intentas.

      Como digo siempre en estas ocasiones, no aprobaré ningún otro comentario que incluya faltas de respeto, ni hacía mí, ni hace ningún otro comentarista del blog.

  6. También generalizas cuando dices «hay algo que todas (las maestras) comparten: esa visión general de los padres como ineptos, incapaces, irresponsables…menores de edad, en resumen»
    Ahí creo que te has pasado. Es incierto, es injusto y es una generalización sin fundamento.
    Ah. No soy maestra ni soy hija, nieta, esposa, madre ni sobrina de maestros. En mi familia, que yo recuerde, nunca ha habido un maestro o profesor….lamentablemente.

    • No hagas trampas: hablo de la docena de maestras que han tenido mis hijos. Es la línea inmediatamente anterior a la que has citado. Del resto de cientos y cientos de maestros que no conozco (o sí, pero no han sido educadores de mis hijos), no opino esto. Al menos hasta que no se demuestre lo contrario.

      • Jo, pues que mala suerte habeis tenido con el cole al que van tus hijos.
        También es mala pata, que de 12 maestras las 12 sean así…….

      • Pues será mala suerte, sí. O es la consigna del colegio, es la otra posibilidad. Aunque yo creo que además, hay que tener en cuenta que, las frases que recoge este afiche que da origen al post, son opiniones que están bastante generalizadas en nuestra sociedad. O al menos esta impresión tengo yo (y otra gente que conozco).

      • Añado un comentario escrito por M. en el Facebook de Madre de Marte, que me parece que aporta una información muy interesante:

        Pues a mi me gustaría saber de donde proviene ese cartelito.

        Todo es relativo, «Madre»… Y con la globalización de Facebook, cualquier foto se «viraliza» y la gente comparte sin detenerse a pensar.
        Ya sabes que en muchas cosas no estamos de acuerdo, pero en esto sí.
        Para mi ha sido un descubrimiento la relación escuela-casa casa-escuela que hay aquí, al menos en nuestro Barrio.
        Siempre hay excepciones, pero ni los docentes parecen muchas veces querer entender la situación familiar y personal de cada niño… Ni a los padres parece que les interese mucho escuchar lo que les llega desde la escuela con respecto a su propio hijo!
        Y cada cual en su mundo… cerrado!
        Lo que una parte le dice a la otra, entra por un oído y le sale por el otro. Y viceversa.

        Pero con conocimiento de causa, te aseguro que en otros lugares, sí es aplicable lo que dice ese cartel.
        Provengo de una familia en donde hay docentes argentinos y, te aseguro, que allí muchas veces los docentes temen a los padres… Y no es una exageración! …Ni siquiera una metáfora! ¡Hay que ir con mucho cuidado!
        Hay docentes que se niegan a tener bienes personales a su nombre por miedo a los juicios que pueden llegar por parte de los padres de sus alumnos!
        Hay represalias por parte de los padres ante las malas notas de sus hijos y muchas veces agresiones de diversa índole!
        Si un niño se golpea en el cole, por ínfimo que sea el golpe, tienen cobertura médica al instante contratada por el propio colegio. Porque los padres tienen un poder desmesurado!
        Las reuniones entre el cole y los padres de alumnos se realizan bajo acta firmada por las partes, para que quede constancia de lo que se habló y qué decisiones se han tomado.
        Bajo ese contexto de tensión, te aseguro que el cartelito es aplicable al 100%.
        Pocos docentes intentan decir algo similar a padres que pueden esperarte a la salida para agredirte!
        Y no hace falta irse hasta sudamérica!
        Es algo cultural!
        Y en Gràcia, por suerte, no sucede.
        Muchas veces los docentes nos dicen cosas desafortunadas e incluso injustas, pero todo se maneja en un ámbito de razonamiento y educación.

        Es de México. Acabo de chequearlo.

  7. Pues a mi me ha tocado un cole y unas profes como las de madredemarte, y eso que estamos en extremos distintos de España y con la educación transferida a las comunidades autónomas.
    Creo que hay que diferenciar entre infantil,primeros cursos de primaria, y supongo que después será distinto y ya no nos «recomendarán» la merienda, los gomets rojos y verdes en casa cuando se portan bien y mal y los trabajos de manualidades ya sabrán hacerlos ellos solitos.
    Por supuesto que cuando hablamos de cualquier tema tenemos que hacer generalizaciones: Racismo, que hablemos de que hay mucho racista en España no quiere decir que particularmente esta persona o aquella sea racista, incluso cuando hablamos de adopción estamos haciendo una generalización, porque evidentemente mis hijos son unicos y su problematica o no también lo será.

    • Y yo también puedo decir que me han tocado dos coles y dos maestras iguales.

      Desde el principio me he sentido cuestionada por mi forma de educar a mis hijas, me han dado «recomendaciones» para «encauzarlas», me he sentido juzgada, me han enviado deberes todos los fines de semana, han castigado a mis hijas con castigos que a mí me parecen totalmente injustos para niñas de 3 y de 6 años y me han propuesto que yo también las castigase en casa, por ejemplo, «retirándoles todos los juguetes que le gusten», me han llamado sobreprotectora, nos han amenazado con repetir desde el mes de octubre aunque yo avisé expresamente del problema de autoestima de mi hija… Y sobre todo nunca, en ni una sola de mis reuniones con ellas ME HE SENTIDO ESCUCHADA.

      Y sí, yo puedo decir que he notado que me trataban con superioridad, con educación pero con superioridad, como si yo fuese una mujer blanda con pocos recursos para educar a mis hijas, que además, pueden ser carne de fracaso escolar (esto último dicho casi literalmente).

      Y además añado, que se han empeñado desde el minuto número 1 en que mis hijas madure, cuando yo no tengo ningún interés en que mis hijas maduren antes de tiempo, son muy pequeñas. Quizás me equivoque en muchas cosas, quizás lo esté haciendo fatal (mis hijas son estupendas, así que no creo que lo esté haciendo fatal), pero en ningún caso me estaban ayudando, nos estaban aleccionando. O así lo sentí yo.

      • Yo creo que he tenido mejor suerte. Sí me he sentido escuchada… y he visto que cambiaba el juicio que tenían sobre mí, mi manera de educar, nuestra familia. Porque el juicio estaba hecho, antes. O sea: era un prejuicio.

        Pero para esto, he tenido que mantener la calma, pasar por alto tonos y palabras que me parecían inadecuados, argumentar de forma pausada, organizada y contundente… llevarlas a mi terreno, procurando no ofenderlas, no cuestionarlas… pero tampoco dejarme avasallar. Y es un ejercicio agotador. Y muy productivo. Del que espero que ellas hayan salido tan enriquecidas como yo.

      • Es que yo creo que me he pasado de sumisa. Siempre he sido miedosa y he tenido mucho miedo de las consecuencias para mis hijas. Fíjate que hasta ni me atrevo a poner mi nombre real aquí porque siguen siendo las maestras de mis hijas.
        Y yo creo que lo «mío» también fueron prejuicios (que no conseguí cambiar) Desde octubre se montaron tanto una como otra, basándose en los detalles personales que conocían y en como trabajaban las niñas los primeros meses, una composición de nuestra familia que no conseguí desmontar.
        Y yo tragué mucho, y te puedo asegurar que eso también es un ejercicio agotador pero no tan fructífero ni bien hecho como el tuyo.

      • Yo tuve la sensación de que dejar mi postura clara, con respeto, pero sin achantarme, hizo que cambiaran muchas cosas. Que están acostumbradas a dos actitudes diametralmente opuestas: sumisión y silencio o enfrentamiento abierto, y ninguna de las dos permite avanzar. Yo preferí exponer mis puntos de vista, aceptar los suyos cuando me convencieron, rebatirlos cuando creía que se equivocaban… dejarles claro que aunque no haya tenido su formación también soy capaz de analizar cosas que suceden a mis hijos… y creo que esta discusión argumentada hizo que me tomaran más en serio, que empezaran a tratarme más como una «igual».

      • Animo me,yo también he hecho como Madredemarte, argumentando mi opción de no hacer ningun deber que mi hijo no pudiese hacer completamente solo, sin ninguna ayuda por mi parte o el tema de las meriendas, no diciendo que me parece una «estupidez» decir lo que tiene que llevar cada dia los niños de merienda para que si unos llevan fruta y otros chocolate, igual los primeros ya no quieren llevarla, o lo que consideran mas saludable, simplemente argumentando que mi hijo come fruta a otras horas, por ejemplo.Otro ejemplo es que en el cole de mi hijo desde los 3 años les enseñan las letras y la profe de 4 se jactaba delante de nosotros los padres en la reunión, que la mayoría de sus niños salian de 4 años leyendo y escribiendo y que los que iban mal ya les enviaría refuerzo para casa. Cuando fui a hablar con ella le expliqué que no quería que machacase a mi hijo con la lectura y la escritura, que no iba a hacer ningun refuerzo en casa sobre esos temas y que agradecería que no le hiciese ningún comentario en clase sobre su nivel de lectura y escritura, que yo estaba mas de acuerdo con el modelo finlandés, que hasta los 6 años no empiezan a enseñarles ni a leer ni a escribir y que les va de maravilla. Si a los 7 años mi hijo no escribe ni lee, entonces si que me plantearía refuerzos en esas materias. La profe me miraba flipada y no me dijo que no, que lo tendría en cuenta. Eso, argumentos y para ello blogs como este, en el que compartes experiencias, reflexiones y argumentaciones a mi me sirven de mucho.

      • La introducción de la lectoescritura es un tema aparte… creo que lo hemos debatido en otras ocasiones. Yo también me decanto por el sistema finlandés, que es muy parecido al del colegio donde yo estudié la primaria (EGB): sin libros, sin deberes, sin prisa por introducir los contenidos, enseñando a entender en vez de a memorizar,… y no me ha ido tan mal, oiga,…

        En mi colegio esto lo respetan a nivel individual, pero lo cierto es que hay una presión colectiva al respecto, a menudo ejercida por los propios padres. Y es difícil sustraerse a ella.

        Respecto a » si unos llevan fruta y otros chocolate, igual los primeros ya no quieren llevarla», me parece uno de los argumentos menos pedagógicos que he leído… Creo que nuestro trabajo como padres es enseñar a nuestros hijos los hábitos y normas que creemos importantes,, más allá de cómo se vivan en otras familias.

  8. Siempre tus entradas me han resultado un llamado a la reflexión, y esta entrada podría ser una re-reflexión, puesto que recuerdo otra entrada donde habías expresado tu punto de vista sobre este tema.

    Entiendo perfectamente a donde apuntas, y dentro de ese contexto, estoy totalmente de acuerdo contigo.

    Ahora bien, lo de generalizar lamentablemente da pié a que cualquier mal leído/pensado se «cuelgue» de un párrafo y le de otra interpretación. Por lo demás, y entendiendo que hablas sobre tu experiencia personal, y la situación particular de tus hijos, se sobreentiende que a fin de no generalizar no puedes citar nombre y apellido del maestro que se ha dignado a decir que cosas uno debe o no debe hacer con sus hijos.

    El «cartelito» aplica a una realidad social, que no se puede ocultar con un dedo, y quizás se escuche/sienta más en la escuela pública, al menos en mi país -Argentina-, en China -donde vivo- también se escucha, con la diferencia que la maestra llama por teléfono a los padres casi a diario, y no en horario de trabajo, y lo que ella diga será palabra santa para la familia del niño (incluido un dele un cachetazo cuando llegue a casa).

    Y todo tiene relación con otra de tus entradas, que creo también haber comentado, y es el tema de que nadie escucha a los niños, ni trata de entender la situación particular de cada uno -quizás no se pueda, no en el sistema educativo que hoy se plantea-.

    Mi marido -holandés- fue a la escuela primaria, solo 4 horas por día, nunca tuvo tarea -homework-. Jamás a la maestra se le hubiera ocurrido preguntarle y/o sugerirle algo relacionado al ámbito de su privacidad. La escuela secundaria no fue muy diferente, en cuanto a horarios, y se graduó con honores en la universidad, y terminó su maestría mientras trabajaba. La escuela era solo eso, 3 o 4 maestros, 3 o 4 asignaturas, en 4 horas.

    Cuando le pregunto que hacía en su casa, de niño, la respuesta es: jugar y jugar.

    La cosa está mal. Los niños están mal. Y nos estamos tirando la bola unos con otros. Ojalá las cosas mejoren. Por el bien de todos.

    Un fuerte abrazo!

    • Pues mira, yo creo que en España, seguramente, muchas de estas cosas se pueden aplicar más a la escuela concertada que a la pública.

      Una buena amiga mía es profesora en un colegio concertado, y efectivamente, hace reuniones en horarios que quedarían fuera de un horario laboral razonable (para una persona que empieza a impartir clase a las 8), para que los padres puedan ir después de su horario laboral (y del de ella); igualmente, se encuentra con alumnos que la tratan como una «empleada», porque sus padres pagan por el colegio (y porque sus padres, sin duda, así se lo transmiten). Afortunadamente, son la minoría, pero los hay.

  9. Cuanta lástima me produce ver como decae la Educación, en estos momentos que vivimos, crispados por el sistemático ataque a los docentes. Sólo con esta primera frase quizás ya me delate, pues soy maestra, de la Ecuela Pública, para ser más concretos. Pero ya no importa esto, pues en el momento en que decidimos dar nuestra vida a una profesión que lo único que pretende es, como su objetivo principal indica, dotar de estrategias que favorezcan la formación de personitas para construir una sociedad cívica, libre pensadora y autosuficiente; nos encontramos con el peor de los enemigos, estamos ante el punto de mira de todos los ciudadanos en un momento crucial donde tener un trabajo es mirado con lupa. Y no tenemos derecho a queja alguna (como bien se expone en el post, que no me pone los pelos de escarpia porque ya estoy más que acostumbrada a dar continuas explicaciones de cómo hago mi trabajo) a pesar de las sucesivas faltas de respeto que nuestro convenio se ha efectuado.

    ¿Pero quiénes somos nosotros? Si lo único que hacemos es pasar cinco horas diarias con vuestros hijos. Lo único que hacemos es formarlos en un momento en el que sabemos que estamos atados de pies y manos, intentando dotarles a ellos (los más importantes) de fórmulas para poder sobrellevar los tiempos que se avecinan…

    Es un momento realmente desmotivador, pero en lo personal, hay algo que siempre me empuja con ganas a dar el cien por cien en mi trabajo. Algo que siempre les hago ver a mis alumnos, y es, que tengo la firme esperanza de que ellos sean la generación que no cometa nuestros propios errores. Porque todo maestro tiene esa gran esperanza, de que su alumnado sea asertivo, para exponer públicamente sus pensamientos y directamente a aquellos que no opinen como él. Y lo van a conseguir, esto lo digo porque es en lo único que tengo fe. Lo van a conseguir y el respeto al maestro volverá, pero de otro modo. No como antaño, basado en el miedo, sino en una visión que ahora mismo no se puede dar; porque es más abundante la crítica que la colaboración, que nunca jamás se le niega a un padre, por ley.

    Lo demás, en mi opinión, es secundario ahora mismo. Que tenemos faltas de ortografía, que solicitamos demasiado trabajo de refuerzo, que nuestra visión de la educación es equivocada,… Ellos traerán el cambio. Tengo fe.

    • Gracias por tu punto de vista. ¿De qué parte del post deduces que no tenéis derecho a queja?

      Respecto al «sistemático ataque a los docentes», me permitirás que no me dé por aludida: suelo defender a los docentes (como conjunto: sí, generalizo), cuando se les ataca por «tener demasiadas vacaciones, tener un buen horario», etc etc; tengo una opinión positiva de la mayoría de los que conozco (que son un número limitado) y si te tomas la molestia de filtrar el blog a través de la categoría «escuela», verás que casi todas las entradas son «a favor» y no en contra. Sin embargo, creo tener derecho a ser crítica sin que se confunda con un ataque, y por tanto, me echen la caballería por encima.

      Y criticamos lo que creemos que no funciona, precisamente porque consideramos que sois importantes, no: cruciales, para la formación de ciudadanos del futuro. Y del presente: porque los niños son ciudadanos ya ahora, y la influencia que reciben de sus docentes es determinante, para lo bueno y para lo malo.

      Yo también espero que los ciudadanos del futuro sean mejores que nuestra generación. También los maestros.

      P.D. Respecto a que la ortografía es secundaria, ahí sí te digo que discrepo absolutamente.

      • Verás, lo de la queja, sinceramente, me parece lo de menos…

        «En el colegio de mis hijos nunca jamás ningún maestro ha hecho ninguna reunión en su tiempo libre. Nunca. Somos siempre los padres los que tenemos que ajustarnos a sus horarios inverosímiles que colisionan con cualquier horario laboral habitual en este país. Lo cuál no tiene nada de malo, pero no les da derecho a queja.»

        Me gustaría decir, yo sí me quejo, de que en muchas ocasiones trabaje duro para preparar esas reuniones y luego no encuentre colaboración de las familias. Porque si bien eres defensora de la educación y de los maestros sabrás que para nosotros la armonía entre familia y colegio es fundamental, y hablo de la Pública. Pero no se puede confundir esto con otro de nuestros propósitos fundamentales, el fomento y respeto de la diversidad, porque también vosotros sois diferentes. Y hay niños que no comen fruta, que no se lavan los dientes y que no conocen a sus padres (y por lo tanto, no pasan tiempo con ellos). Porque todos los colegios no son iguales, por más que se persiga la equidad, y los que trabajamos en núcleos desfavorecidos lo sabemos muy bien. Nuestro trabajo es muchas veces individualizado, pero también generalizamos, como vosotros, para bien o para mal. Esto lo digo, porque el tiempo que empleamos en nuestro trabajo es inmensamente superior al que muchas veces suponeis. O suponen, lo dejo así. Y esto no nos da lugar a entrevistas y llamadas telefónicas explicando a cada familia la situación de sus pequeños. Ante el aumento de horario también tenemos las mano atadas.

        Para nosotros también es vital la autoevaluación. Por tanto ya estamos cumplidos de críticas. Ahora, eso sí, en base a nuestro esfuerzo, también tenemos derecho a mostrar como es la realidad educativa, porque muchas veces parece que se desconozca (no digo tú, si me permites tutearte; generalizo, sin problemnas).

        Yo no pretendo echarte nada por encima, pero toda crítica está expuesta a revisión. Y por aludida me doy en tu último discurso y más concretamente en la última frase. Para mí es un orgullo que el alumno supere al maestro. Señal inequívoca de que mi trabajo está bien hecho.

      • Gracias otra vez por tu punto de vista, que comparto en muchos puntos. Sin embargo, creo que no tiene mucho que ver con mi post que hablaba no del esfuerzo de los maestros, de las horas que dedican al trabajo (sé que muchas: he vivido durante varias décadas con una maestra), de las dificultades, de las desigualdades o de los recortes. Hablaba de un asunto muy específico (y seguramente menor en relación con los que tú expones, pero que nos toca directamente), y es la «superioridad moral» con la que algunos maestros se dirigen a los padres. A todos, sin conocernos, sin saber cómo somos o por qué hacemos las cosas, sin darnos, muchas veces, el beneficio de la duda.

        Estoy de acuerdo en la necesidad de colaboración; pero creo que es un camino de dos direcciones, en los que padres y maestros estamos, por supuesto en el mismo barco, pero además, al mismo nivel. Y este último punto es el que para mí muchas veces falla (y a esto me refería por «superioridad moral»). Yo tengo un buen diálogo con las maestras de mis hijos, hay colaboración en las dos direcciones, y mucha, y es una suerte porque la necesitamos; pero esta colaboración de doble dirección me la he tenido que ganar a pulso.

      • Aquí entra en juego otro derecho: un derecho del trabajdor de tener en su convenio horas para poder ir a las tutorías de sus hijos, como para ir al médio. Y asunto arreglado. Se inclumple un derecho laboral ganado con gran esfuerzo y perdemos todos.

      • No es tan sencillo, en la era de los trabajos precarios, los contratos temporales y los 6 millones de parados… Al margen de otras consideraciones. Yo tengo un horario bastante flexible, pero la hora en la que es menos flexible es la hora en la que en el colegio de mis hijos tienen los horarios de tutoría (entre las 12y las 2). Me resultaría muy fácil organizármelo a las 8 de la mañana, las 9, las 10, las 11… y relativamente fácil, por la tarde… pero tengo que ir siempre a esa hora que me parte el día en el momento de más trabajo. Y que conste que no he faltado jamás a una reunión de tutoría…

  10. Adriana Calderón dijo:

    Hola madredemarte, yo soy una lectora de tu blog, que siempre pasa por aquí y nunca comenta. Hoy no puedo evitar hacerlo. Ya he leído los comentarios de la entrada y he visto como contestas algunos que manifiestan la sensación que me deja. Sólo quisiera añadir que, aunque no haces directamente una generalización, el post, en mi opinión, sí usa algunas de las estrategias que se asocian a una (el sujeto indefinido del «ellos», la asociación indirecta de la experiencia personal con la muestra estadística donde «todas» las maestras coinciden en algo, etc.). Seguramente fue inconsciente, pero de la misma manera, el cartel del que se está hablando solo reúne un montón de afirmaciones que, como tú muy acertadamente dices, llevan a una generalización indirecta sobre los padres. En conclusión, me parece que tanto el cartel como tu post toman posiciones contrarias que, a un lector desprevenido, puede llevar a la generalización en la crítica de los roles que se están discutiendo.
    Mi experiencia como docente se ha limitado a la educación universitaria (con pequeñas excepciones), pero mi madre es profesora de preescolar y primaria (no estoy segura de la equivalencia española, pero tiene alumnos entre los 5 y los 12 años) y por lo que he visto, el éxito académico y educativo siempre parte del establecimiento de un diálogo entre docente y el estudiante, donde se respeten las particularidades de cada uno; esto significa que un profesor no siempre puede ser el mismo, debe ser flexible y ajustar su método educativo al estudiante y su familia para que desarrolle y multiplique sus habilidades.

    • Como comentaba más arriba, el sujeto del «nos dicen» está en el párrafo anterior: «Muchos maestros» (no todos, desde luego. Pero tampoco pocos). Y si todas las maestras coinciden… pues coinciden, ¿no?, y me gustaría pensar que es una mera coincidencia, pero lo cierto es que creo que detrás de esa coincidencia hay un discurso bastante establecido.

      Lo que sí veo es que si «peleas», argumentas, explicas, convences… consigues que te traten como una igual. Y, ¿sabes qué problema tiene esto? Que hay gente que no sabe explicarse, no se atreve, no se siente legitimada… y se siente igual de maltratada (en este aspecto específico, esta «superioridad moral» de la que habla el artículo), pero no tienen herramientas para hacerle frente. Es algo que he detectado en varias madres del colegio inmigrantes (y de países pobres, y de razas no blancas), a las que les resulta difícil, por la educación, la clase social, las dificultades de idioma, el género, la consideración social del maestro en sus países de origen e infancias… enfrentarse a esa figura de autoridad. Y me parece profundamente injusto.

  11. Si hay una que se queja del colegio soy yo. Aunque creo que en estas cosas es como en la feria, cada uno la cuenta según le va.

    Si tus hijos (sobrinos, hijos de amigos, vecinos y demás conocidos que conozco) no tienen ninguna dificultad, son brillantes o normales y corrientes, entonces los conflictos con el colegio suelen ser mínimos y mínimos son los conflictos que el colegio crea en la vida cotidiana de la familia: los niños se acuerdan de todo, siempre tienen el material en orden, estudian solos o con mínima ayuda, hacen sus deberes y preparan examenes sin dificultad, quejas o lloros, ni pegan, ni insultan, ni les pegan, ni les insultan, etc.

    Pero, creo que el sistema educativo no cuida a sus profesorado, ni cuida de sus alumnos que necesitan una tención especial. Y ahí es donde aparecen los conflictos (al menos en mi experiencia). El profesorado en su mayoría no entiende a tu hijo, lo malinterpreta, no sabe por donde agarrarlo, no puede seguir el ritmo del resto de la clase sin apoyo y ayuda (algunas veces ayuda especial, otras es una ayudita simple, un apoyo personal de empatía).
    El colegio se convierte en un horror para la vida familiar: niños agotados, fustrados, que no pueden y no llegan, que estan perdidos… padres que convertimos el hogar en un aula para intentar ayudar a nuestros hijos… apoyo extraescolar y búsquedas de apoyo profesional que hay que pagar y pagar…

    Y llega el inevitable encontronazo con el colegio: el profesor que desconoce lo que tu vives y no entiende a tuhijo te malinterpreta, te insulta con sus aires de superioridad, y su coletilla de sobreprotector… y hay padres que entran a saco en esta guerra (no aceptan la realidad de sus hijos y de ellos mismos) y pobres docentes… y hay padres de nos dejamos apabullar y pobres de nosotros… y hay padres que logran o logramos entendernos… y ganan los niños.

    Por otro lado creo que hay padres que son un horror, descuidan a sus hijos, dan la tabarra, etc… y no son tan pocos (se habla de un 10 a un 15%) : y hay profesores (en casa tengo una) que con los niños será un angel y un gran pedagoga, pero da para atrás oirle hablar de los padres.

    Generalizar en un asco, aunque según parece no sabemos penar sin hacerlo.

    • Se me olvida decir que estoy toalmente con lo de comenta Fabi

    • Doy por buena tu cifra: del 10% al 15% de los padres son un horror. ¿Por qué hablar para ellos, dando por hecho que todos somos como ellos, cuando el 85-90% somos padres más o menos normales?

      Y totalmente de acuerdo con lo que dices: los niños que no sobresalen, por encima o por debajo, encajan perfectamente en el sistema escolar… el problema está en los niños que no se ajustan a las medias… para estos muchas veces es difícil encontrar las respuestas adecuadas (y que conste que yo en este aspecto no me puedo quejar del colegio, de hecho, para mí es una de las principales virtudes del de mis hijos: que no dan a ningún niño por perdido, buscan soluciones, pelean por ellos, no les expulsan jamás del sistema, cooperan y buscan la cooperación de los padres…)

  12. Todo cambiaría si las familias asumieran que son ellas las que tienen que educar y los profesores enseñar.Los niños ya tienen que venir a la escuela educados. En muchos casos ( no todos por supuesto ) habría que empezar por educar a los padres. No veo totalmente correcto el cartel, pero tengo claro que hasta que no se esta en el lugar del maestr@ no se puede entender.

    • Totalmente de acuerdo. Tienen que asumirlo las familias y también los maestros. Que nos dejen educar a nuestros hijos y se dediquen a enseñarles… Ya es una labor ingente.

    • Bueno por supuesto que a los niños los educamos los padres, pero….los maestros también tien que hacer su labor, no?
      Si un crío pasa en el cole 5, 6, 7 horas al día….los adultos con los que está tendrán que educarle, no? ¿o sólo son maestros para enseñarles el temario correspondiente?
      Si un crío tira un papel al suelo, se limpia los mocos con la manga del jersey, no da las gracias ni los buenos días….. el maestro no le tiene que decir nada?????
      Si es así….qué triste.

      • Yo creo en aquel proverbio africano de «hace falta una tribu para educar a un niño». Y por supuesto que los maestros tienen que tener un papel en esa educación… igual que lo tiene que tener cualquier otra persona que interactúe con los niños.

  13. Buenos dias!!estoy estudiando magisterio de educación infantil,todavía no he ejercido mi profesión pero si que he hecho prácticas como técnico superior de educación infantil. Con todos los conocimientos que tengo hasta ahora le digo que si en esas reuniones les dicen hábitos saludables de higiene,alimentación y sueño es por decirles lo que se debe hacer bien no porque ustedes lo hagan mal porque se lleva tiempo diciendo que hay obesidad infantil,eso no os lo teneis que tomar como una amenaza sino como consejos para un buen desarrollo de vuestros hijos. Además nosotros estamos para ayudaros a que eduqueis de la mejor forma posible a vuestros hijos porque para ello estudiamos.Yo no estoy de acuerdo con que manden muchos deberes a los alumnos,pero lo que se es que si a tu hijo le pones una rutina de deberes o de lectura le va a venir bien para todoAl principio cuesta mucho llevar esa rutina pero si por ejemplo a tu hijo le pones un tiempo de lectura al dia va a coger un hábito y cuando llegue la secundaria le va a cosatr mucho menos ponerse a estudiar. Por otro lado,también estoy de acuerdo en que jueguen pero hay tiempo para todo lo único que hay veces que nos conformamos con lo fácil,que se ponga a jugar ablo que quiera y ya está. El tiempo que paseis con los hijos es muy importante,ya sé que la situación laboral está muy mal en este momento y se tiene poco tiempo,pero por ejemplo el momento de la comida y de la cena está muy bien para hablar y vompartir cosas con tus hijos.A mi me encantan los niños pequeños mayoritariamente y en un futuro si puedo trabajar como profesora intentaré comprender a los padres y no juzgarlos poque cada familia tiene una situación personal,pero sobretodo estaré allí para ayudarles y para aceptar críticas porque ellas fortalecerán mi trabajo. Yo creo que no deberías estar así con los maestros porque estoy segura que todos habrán intentado hacer lo mejor posible con tus hijos y eso que pones ahí se lo podías haber dicho a ellos con buenas formas y así les serviría para los siguientes años qur les quedan de profesión,a mi como te he dicho anteriormente me gustaría.Es mucho mucho mejor que luego encontrarte esto. Todo lo que he dicho lo pienso porque es mfutura profesión,me encanta y voy a hacerlo lo mejor posible para que los niños consigan un buen desrrollo en todos sus ámbitos.

    • Por partes:

      Creo que sobre hábitos, como los alimentarios, está bien que haya debate; no consignas, como sucede en muchos colegios. También creo que no hay una única manera de alimentarse bien y que hay niños que pueden llevar fruta para el desayuno y no comer ningún otro vegetal el resto del día, y otros niños que desayunen pan con chocolate y tengan una alimentación equilibrada a lo largo de todas las comidas. También pienso que cada niño es distinto, y también en lo alimentario puede tener necesidades (y gustos) distintos. Debatimos sobre esto aquí: https://madredemarte.wordpress.com/2011/11/16/fundamentalismos/

      Tampoco estoy de acuerdo en cuánto a los deberes. Yo no tuve deberes en la educación primaria (más que muy ocasionalmente), y no tuve ningún problema para adaptarme ni a la secundaria ni a la universidad; mis hábitos de trabajo son igual de correctos que los de los compañeros que sí se hincharon a hacer deberes cuando iban al cole… Debatimos sobre esto aquí: https://madredemarte.wordpress.com/2012/03/27/infancia-secuestrada/

      Discrepo también sobre está definición del juego libre: «hay veces que nos conformamos con lo fácil,que se ponga a jugar ablo que quiera y ya está». De hecho, creo que es uno de los grandes errores con los que encaramos hoy en día la vivencia de la infancia, como si «que juegan a lo que quieran» fuera algo banal e innecesario. El juego libre, sin adultos, sin dirección, sin una supervisión más allá de los peligros físicos, sin un tiempo estrictamente acotado, en espacios no controlados por adultos… es algo fundamental en la infancia, de hecho, es jugando que los niños aprenden, sin la base que da el juego libre es imposible consolidar aprendizajes posteriores (y así nos va). Sobre esto hemos discutido varias veces, por ejemplo, aquí: https://madredemarte.wordpress.com/2012/12/11/50-cosas-que-hay-que-hacer-antes-de-cumplir-los-11-anos-y-34/

      Te aseguro que todo lo que he escrito aquí, lo bueno (que es mucho) y lo malo que he encontrado en las maestras de mis hijos, se lo he dicho a ellas cuando hemos hablado. Ojalá, como tú dices, les haya aportado algo y les haya hecho crecer como profesionales y personas, como me lo ha hecho a mí la relación con ellas.

      • En cuanto al tema de deberes no deberes, yo creo que como todo, cada niño es diferente, y lo que a un niño el puede ir bien (hacer deberes, o tener nunca deberes) a otro le puede ir mal. Estoy convencida que no todos los tipos de enseñanza funcionan bien para todos los niños. Habrá niños que les irá mejor tener una enseñanza más libre, sin libros, por proyectos, y les funcionara muy bien, pero quizas habrá niños que les funcionará mejor un tipo de enseñanza más estricta, o dirigida, o tradicional, no se como describirla.
        No todo funciona con todos los niños, y aquí debemos intervenir los padres para encontrar el tipo de enseñanza que funciona mejor para nuestros hijos.
        xx

      • Yo no estoy tan segura de ello… creo que la diferencia tiene más que ver con las preferencias de los padres que con las necesidades de los niños.

        En Finlandia todos los niños van al mismo modelo de escuela (sin deberes, sin presiones) y los resultados académicos están en conjunto muy por encima de la media de otros países europeos… Cuando yo terminé el colegio y tanto yo como mis compañeros nos incorporamos a la enseñanza secundaria, el éxito y la adaptación al sistema más tradicional fue bastante parejo (y lo mismo me dicen que sucede con los niños que van a la escuela del barrio que tiene esa línea educativa)…

        En todo caso, yo creo que a una enseñanza con menos presión, siempre se le puede añadir en casa un extra (hora de lecturas, cuadernos de verano, tarea impuesta desde casa…), mientras que hacer lo contrario es bastante difícil… y pienso también (es mi experiencia como alumna, pero sobretodo, como madre ahora de niños de primaria e infantil) que la vida diaria está llena de ocasiones para repasar / consolidar / trabajar lo que se aprende en el cole, desde las recetas de cocina a buscar una dirección en la calle, muchos juegos de mesa, el comentar las noticias en televisión, etc etc etc.

  14. Ayer iba a comentar sobre el respeto y la importancia de los maestros en el sistema finlandés, pero no quise echar más leña al fuego -no es mi intención desmedrar a los docentes-. Sin embargo, hoy leyendo los comentarios y viendo que hacen alusión a este sistema educativo, me vino a la mente un trabajo que hicimos con mis alumnos -chinos-, para que ellos puedan establecer las diferencias entre este sistema occidental y el suyo.

    Es curioso, porque el sistema finlandés se basa en la lecto-comprensión y el sumo respeto a los maestros. La sociedad finlandesa se caracteriza por tener uno de los idiomas más complejos, y por la importancia de la lectura debido a su tradición luterana.

    Ser maestro en Finlandia es casi un honor, y aunque sus salarios no difieren del resto de los maestros de Europa, es considerada la profesión más respetable. Solo una elite de estudiantes (10%) accede anualmente a la carrera docente. Después del único examen oficial que tienen como estudiantes, solo los que obtengan notas sobresalientes tendrán acceso a la carrera docente.

    Otro requisito indispensable es sobresalir en alguna rama del arte: música, pintura, etc.

    La selección de maestros es sumamente exigente, y en su mayoría son doctores.

    No creo que el modelo sea aplicable a nuestras sociedades, tengo a una amiga agarrándose la cabeza como maestra en Suecia. Ella piensa que la mayoría de los niños son maleducados, porque no saludan o no dicen gracias.

    Todavía existen cuestiones culturales muy arraigadas, que nos impiden ver más allá de la cuestión. Durante muchos años, se fue delegando en la escuela -implícitamente, porque no figura tácitamente en ningún lado- al NIÑO. Y en muchos aspectos el niño todavía sigue cosificado, sin tenerse en cuenta sus particularidades.

    A mí todavía me dura el trauma de mi madre -gallega- obligándome a darle dos besos a todo el mundo, y a comerme lo que me sirvieran, por más que después me diera urticaria.

    Mi hija no solo no le da besos a nadie, sino que además no lleva pendientes. Me considero una persona respetuosa, pero hay un límite que nadie puede pasar. Hay cuestiones, que en la crianza de un hijo son indelegables.

    Perdón por el rollo. Un cordial saludo.

    • El del respeto y el prestigio de los maestros es un tema de debate muy interesante. Yo creo que el respeto (hacia cualquiera, y más hacia la figura del maestro, que cumple un papel tan importante en nuestra sociedad) es fundamental, pero creo también que el respeto no hay que exigirlo: hay que ganárselo. Creo que es mejor estrategia para prestigir a los docentes la de Finlandia (que sólo lleguen los mejores, que sea una profesión de prestigio), que la de España (donde se les ocurre que para que se respete al maestro hay que volver a poner tarimas o que les hablen de usted).

      Por otra parte, creo que el respeto no está reñido con la crítica (constructiva), con la divergencia de opiniones y con el debate. Me llama la atención que los profesores que han intervenido en esta entrada han expresado su desacuerdo (legítimo), su molestia al sentirse atacados (cuando no pretendía ser un ataque… quizás una provocación), pero no han argumentado por qué están en desacuerdo con los argumentos expuestos…

      Y otra cosa es qué es el respeto, qué es en cada sociedad, donde pueden ser incluso cosas diametralmente opuestas. Me parece curiosa la opinión de tu amiga maestra en Suecia, me hace pensar en una amiga etíope que dice que los niños españoles son tremendamente maleducados porque gritan y se levantan sin permiso (y asegura que en Etiopía se llevarían una ristra de sopapos). Igualmente, creo que es importante recalcar, cuando hablamos de la falta de educación de los niños, que la de muchos adultos tampoco se queda corta. ¿Cuántos nos levantamos en el metro cuando entra una persona que necesita sentarse?, por ejemplo… mis hijos suelen hacerlo y los abuelos los encuentran «encantadores», pero a mí siempre me llama la atención que todos los adultos presentes en el mismo metro… que son bastante más estables que niños de 4 o 5 o 9 años… no lo han hecho…

      El de obligar a los niños a dar besos es otro debate que estaría bien abrir algún día. ¿Qué les estamos enseñando con esta «muestra de educación»? ¿Que hay que besar aun cuando y a quien no nos apetezca? ¿Qué no podemos decidir sobre el acercamiento a los demás? ¿Que nuestro cuerpo no es nuestro del todo?

      Lo de los pendientes, lo siento, no le veo la relación…

      • Lo de los pendientes viene a colación de las connotaciones culturales, algo que para nosotros puede resultar algo normal, para otras culturas es una herejía. Ni bien las niñas nacen, les plantamos pendientes en las orejas, y después nos rasgamos las vestiduras si quieren llevarlo en la nariz, en el ombligo, en la lengua… Venía relacionado a la cosificación de los niños. Cada vez que estamos en un grupo de hispanohablantes, la pregunta es la misma ¿porque no lleva aros/pendientes/caravanas? seguido de un «Parece un niño». Creo que eso también entra dentro del tipo de discusión, ¿para quién es conveniente? ¿para el niño o para los padres? ¿Qué más da si es niño o niña?. Is just a kid!

      • Ah, vale… no lo entendía sin este contexto.

        Yo fui una niña sin pendientes en los 70, cuando las únicas niñas sin pendientes del mundo éramos mi hermana y yo… (que además, llevábamos pelo corto y, muchas veces, pantalones). La herejía era no llevarlos, una decisión (de mis padres) que se cuestionaba incluso desde lo moral, no sólo desde la tradición o lo estético… Hoy ya es algo más normalizado, ¿o me equivoco?

        Yo no he tenido niñas, no he tenido que tomar esta decisión, pero si las hubiera tenido no les habría puesto pendientes. Y ante la pregunta ¿por qué no lleva pendientes?, creo que habría contestado algo así como que yo no daño a mis hijas innecesariamente… Y sí, siempre me ha sorprendido la gente que alega cuestiones como la higiene o la salud para prohibirle los piercings a sus hijas… que llevan piercings en las orejas desde que nacieron…

      • Yo creo que a los maestros hay que hablarles de usted, eso de hablarles de tu nunca me convenció.No puede haber coleguismo entre maestros y alumnos.
        Y creo que hay todo tipo de maestros como hay todo tipo de padres, con 4 hijos he conocido de todo , desde los o las pasotas , que insultan a los alumnos… hasta maestros y maestras muy entregados y con una gran vocación, y que respetan mucho a los niños. Y estos son los mas respetados.
        Maestros que marginan, descalifican y acomplejan . Y maestros que nunca tiran la toalla, que resaltan lo positivo trabajando en lo negativo y consiguen verdaderos milagros.
        En fin que yo creo que hay todo tipo de maestro. Y también creo que cada vez se respeta menos a los maestros en general, que hay niños muy consentidos y que hay padres muy maleducados a los que no se les puede decir nada sobre su hijo, llegando a ponerse agresivos si se «toca» a su niño. Creo que nunca hay que discutir la autoridad del maestro, y creo que los niños necesitan «autoridad» y disciplina mezclada con respeto y cariño, en casa y en la escuela.
        Mis peques van a un cole donde los maestros son muy buenos tanto en formación como en humanidad. Pero la disciplina esta ahí: de usted, saludando a todo el personal, dando las gracias y por favor, comportándose. Y me encanta. El respeto es mutuo.

      • Estoy de acuerdo en que no debe haber coleguismo entre maestros y alumnos, pero creo que esto no pasa necesariamente por hablar de usted. Yo jamás le hablé de usted a mis maestros de primaria y te aseguro que les respetábamos mucho; en el instituto y en la universidad, sólo recuerdo hablarle de usted a determinados profesores, mayores, pero no a los más jóvenes.

        Sin embargo, si reivindico el uso del tratamiento de usted, creo que hay muchas veces que es necesario: cuando hablas con desconocidos, con personas mayores, cuando quieres mostrar respeto o distancia… me parece una pérdida que tanta gente haya dejado de utilizarlo…

  15. No sé como será en España, pero en Argentina la carrera docente es terciaria, no universitaria. Se estudia durante dos años, y luego tienen 6 meses de prácticas. Lo mismo para las maestras jardineras. Los profesorados, algunos se estudian en los terciarios, y otros en la universidad.

    • Fabi, qué interesante todo lo que cuentas! Y qué envidia conocer de primera mano el sistema finlandés.

  16. De acuerdo co todo, pero…hacerse los agujeritos para ponerse pendientes no duele.

    • No es lo que dicen las personas adultas que conozco que se los han hecho,… mi hermana, por ejemplo, o mi amiga M…. ni lo que habría dicho el bebé al que vi agujerear las orejas una vez en el practicante y que chillaba como un cerdo en un matadero (la madre salió cabreadísima, diciendo que la habían engañado al decirle que no dolía, y que a la próxima le hacía los agujeros su abuela).

      En todo caso, yo no hablé de doler, sino de dañar. Incluso si no doliera (que visto lo visto lo dudo), para mí hacer un agujero a una persona es dañarla, tanto más si se hace por estética y/o como marca de género.

  17. Hola, me llamo Lola y soy profesora de un IES público. Te he leído en algunas ocasiones y siempre me has parecido una madre muy sensata porque generalmente has sabido ver un mismo tema desde varios puntos de vista sin embargo, me parece que en este post no llevas razón en gran parte de las cosas que dices. Tu hablas como madre y te puedo entender aunque no compartir tu opinión. Es la primera vez desde que leo tu blog, en la que opinas de un colectivo (los docentes) sin saber exactamente a lo que se tienen que enfrentar cada día o en que consiste su trabajo. Tu conoces a tus hijos y sabes como son y como los estás educando tú pero no tienes ni idea como es la educación o mejor dicho la no educación de gran parte de los niños, en mi caso adolescentes, que tenemos hoy en día en nuestra sociedad. Quisiera puntualizarte algunos puntos erróneos que arriba he leído:

    – el primero, si hay muchísimos profesores que fuera de su horario y en su tiempo libre reciben a padres que no pueden ir en otro horario al centro, y además, se hace con gusto si los padres están interesados en como van sus hijos académicamente.

    – el segundo, cuando habla de que los niños no tienen límites…no creo que se refiera a que los niños no saben que la lejía no se bebe o que hay que cruzar en verde (eso son normas básicas de la vida) sino a aquellos niños que no saben hablar sin gritar o insultar, a que no hay que ser racista o xenófobo, a que hay que respetar a los diferentes a ti, a que no pueden conseguir todo lo que quieren siempre con rabietas…y un etc muy largo que daría para un gran debate.

    En definitiva, esta es mi opinión y como tal la expreso. espero que no te moleste porque no es mi intención.
    un abrazo

    • No me molesta en absoluto, al contrario, agradezco que expreses tu punto de vista.

      Dos cosas: creo que sé bastante bien a qué se enfrentan los docentes. Mi madre y la mayor parte de su entorno (también dos tías mías) son profesoras de instituto, así que he vivido el día a día, los debates que tienen entre ellos, las experiencias, las opiniones… de un buen puñado de profesores durante muchos años. Y claro que se quejan de los alumnos maleducados; pero no toman la parte por el todo, ni siquiera hacen esto tan humano de opinar que la juventud de ahora está mucho peor que la de 20 años atrás (y te hablo de profesores con, en algunos casos, 30 o más años de experiencia docente).

      No dudo que haya muchos profesores que reciban a los padres fuera de su horario de trabajo. Pero ninguno de ellos está en el colegio de mis hijos, que es exactamente lo que he dicho en el post. Es más, ni siquiera reciben fuera de su horario de reunión (que es un día concreto a la semana, en una hora concreta e invariable; por ejemplo, los jueves de 1 a 2 del mediodía). Me he organizado para ir tantas veces como me lo han pedido, en general son un par de veces al año, (y si no he podido ir un día, lo hemos cambiado para otro… esto sí, en el mismo día de la semana, y el mismo horario), y si son más, sin duda soy la primera interesada en acudir. No tengo ningún problema en hacerlo, y si lo tengo, me lo como; pero no acepto (en el caso de los maestros de mi colegio) que sean ellos los que se quejen de tener que ajustar sus horarios, porque en nuestro caso, soy yo quien lo hace siempre.

  18. Aqui en EEUU lo que veo es que la escuela no invade el ambito privado. Al menos a mi jamas me han dado consejos de como debo criar a mis hijos e incluso los deberes que les dan muchas veces no los hacen y nadie ha protestado. Yo como madre me reservo el derecho de hacer o no hacer un deber segun lo considere adecuado.
    Tengo dos hijos que no se ajustan al standard escolar y muchas veces descarto deberes porque se que no estan listos para ellos. Por ejemplo en ingles se enseñan «sight words» que son palabras que se deben reconocer de verlas (supongo que por lo enrevesado del idioma) y era obvio que mi hija etiope que todavia ni reconoce algunos numeros o letras, era incapaz de memorizarlas. Para que la voy a hacer sufrir mas de lo necesario si no esta lista? Mi otro hijo tardo casi 5 años para llegar casi a nivel asi que asumo que ella necesita pasar mas tiempo adaptandose a la cultura que a aprender palabras de memoria.
    Personalmente no sigo los estandares, ni me importa lo que piensen de mi. Tampoco pienso que hacer los deberes al pie de la letra sea tan importante para criar seres humanos pensantes.
    Por suerte gracias a que la sociedad americana es muy respetuosa del espacio personal y privado, los maestros no intervienen en la crianza de los niños y ni se les ocurre sugerir nada al respecto.
    Otra cosa que la escuela publica funciona gracias al aporte de voluntarios, que son los padres de los mismos alumnos que ayudan al maestro en el aula, sobre todo el la escuela elemental, con lo cual los padres estan incluidos en la educacion no solo dentro sino fuera de casa. Claro que los niños cuyos padres trabajan y no pueden participar dentro de la escuela, estan en cierta manera en desventaja.

    • No conozco el sistema educativo americano, así que no puedo hacer una valoración «global», pero desde luego, al menos parece respetuoso con las familias. No sé si esto tiene contrapartidas menos positivas, pero a mi me suena bien.

  19. Otra cosa que me olvide de comentar en aqui tambien gracias al avance tecnologico la comunicacion entre padres y maestros es muy fluida y continua. Es muy facil y comun mantenerse en contacto con el maestro via email y estan muy abiertos para reunirse en persona durante cualquier momento de la jornada escolar. Hay ademas dos reuniones anuales personales donde se discute el progreso de estudiante (parent and teacher conferences) que tienen horarios muy abiertos, desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche. Es decir que el padre que no va es porque no quiere, no porque no pueda.

  20. Prof Margarita dijo:

    Simple y sencillo soy profesora y algo muy cierto es que nosotros no somos expertos en manejar todas las situaciones pero con el paso del tiempo te das cuenta que SI EXISTEN NIÑOS SIN LIMITES Y PADRES QUE ESTAN A LA DEFENSIVA POR LO MISMO, la educación viene de casa, el aprendizaje se da y se guia en la escuela, pero actualmente muchos padres de familia han perdido el concepto de maestro y se comportan como si fuéramos niñeras, el niño que tiene valores bien cimentados, LIMITES claros y atención en casa lo transmite en la escuela, los que no hacen caso omiso a cualquier regla, comentan intimidades de su familia y generalmente los padres se ofenden cuando se trata de dialogar y buscar solución a las problemáticas, pero algo muy cierto es que solo pasamos uno o dos ciclos escolares con los alumnos, los papás vivirán toda su vida con satisfacción o quejas…..

    • No digo que estos niños y padres no existan… pero estoy convencida, porque es lo que observo en el colegio, en el parque, en la calle… que son la minoría. La mayoría de padres somos responsables y capaces de educar, aunque no lo hagamos en los mismos principios en los que lo haría su maestra… pedimos respeto para nuestro modelo de crianza y educación, igual que los maestros piden respeto para su trabajo. Y pedimos respeto para nosotros como personas, que no nos traten como si fuéramos menores de edad.

      • Totalmente de acuerdo, Madre de Marte. Siempre digo que tú dices lo que yo pienso pero «en bonito», bien dicho, con coherencia y con educación (yo no me explico tan bien como tú).
        Por supuesto que existirán niños sin límites, familias desestructuradas y sin valores, y no debe ser fácil como profesor/a intentar «educar» en esos casos. Que quede claro mi total respeto por los profesores (mi madre lo fue durante más de 40 años)
        Pero también existe entre el sector educación, en general, cero capacidad de autocrítica, mucha pasividad, desmotivación y falta de empatía. Eso es lo que yo me he encontrado, y no solo personalmente, también como oyente de historias ajenas.
        Me he sentido juzgada como madre por «una profesional» que ni tan siquiera permitía a mi hija de 2 años (empezó el cole con esa edad) ir al baño a intentar «ponerse más cómoda» porque se había hecho caca, hasta que yo llegase. Ella no cumplía con un deber de asistencia a un menor que yo considero que está implícito en su trabajo (si no estaba preparada que se dedicase a dar clases a niños de más 6 años) y a mí me exigía unos límites en casa que ella consideraba dentro de su cátedra de mujer ilustrada que teníamos que seguir como familia.
        Si me hablan de «educar» y «enseñar» me rebelo, porque si ser profesor/a implica solo enseñar, que no me hablen de cómo debo educar.
        Y, a la Prof. Margarita le digo, que, por supuesto existen niños sin límites y padres a la defensiva, y también existen profesores que no les gusta ni su profesión, ni los niños, ni sus padres Y QUE ESTÁN A LA DEFENSIVA POR ELLO.

      • Me parece una animalada esto que cuentas. No solo me parece de profesionalidad cero: me parece de humanidad cero.
        Y estoy de acuerdo punto por punto con tu última frase.

  21. Después de leer casi todos los comentarios, lo que he comprobado, madremarte, es que este blog no sirve realmente para dialogar, sino que tú expones tus opiniones y a todo aquel que no está de acuerdo contigo le buscas un pero… y da igual cuantos maestros o profesores te hayan rodeado a lo largo de tu vida… una cosa es vivirlo en 3.ª persona y otra es enfrentarte día a día a la profesión.

    PD: Y, por cierto, en cuanto a las reuniones en el tiempo libre, al igual que cualquier trabajador, un educador también tiene un horario laboral en el que cuenta con horas libres para esas gestiones… así que, sí, son los padres los que deberían adaptarse a esos horarios (si los padres no tienen por qué perder tiempo de su trabajo para atender a algo relacionado con la educación de sus hijos, los educadores tampoco tienen por qué perder tiempo de su vida personal para hacerlo).

    • Bueno, es que es un blog… MI blog. Es mi casa. Sois bienvenidos, escucho a todo el que pasa… pero no tengo porque cambiar de opinión si los argumentos que me dan no son convincentes.

      P.D. En mi caso, siempre he sido yo quien me he adaptado a los horarios «pensados para amas de casa» que imponen desde los colegios, desde las reuniones a la 1 del mediodía (que te obligan a pedirte un día libre si trabajas lejos de casa) a las jornadas intensivas o las libranzas en días laborables… Lo asumo, y lo pago, sea contratando a alguien, renunciando a vacaciones o pidiendo favores. Lo que me llama la atención es que los profesores no sean conscientes de que no, buena parte de los trabajadores de este país, no tienen los mismos derechos, horarios laborales y posibilidades de conciliación que ellos. El mundo, fuera de la función pública, puede ser muy inhóspito. Mucho.

      • He leido con atencion cada uno de los comentarios y veo que todos teneis un punto de razón y a todos(maestros y padres) nos falta en alguna o en muchas ocasiones empatía (me incluyo).
        Soy maestra, llevo 12 años trabajando principalmente con niños de 0 a 6 años y sus familias en centros públicos. Siempre he tenido claro que yo doy consejos, en ocasiones me los piden y en la mayora de los casos de forma «gratuita»y por ello intento asumir que pueden no ser escuchados. Muchos son consejos sobre la crianza, e intento respetar al maximo la idea de que cada uno en su casa hace lo que quiere y sobre todo, lo que puede. Pero esto implica una realidad muy compleja y cruel.
        Me explico, mi principal objetivo como maestra, por encima de los puramente académicos, es el bienestar de TODOS mis alumnos. Si uno de mis alumnos no conoce un limite, y eso implica causar daño o perjuicio a un compañero tengo la obligacion de intervenir a todos los niveles que sea necesario y en todas las ocasiones hay una familia a la que no le gusta lo que le cuento de su tesoro más preciado ( no lo digo con ironía, así debe considerarse a cada niño en su familia).
        Por otro lado soy una profesional, esto quiere decir que he estudiado una carrera, he pasado por un proceso de selecccion muy duro, (a pesar de lo que los medios de comunicacion y administraciones quieran vender) y continúo formándome año a año, por ello espero que aquellos consejos puramente «académicos» (no se me ocurre una palabra mejor) sí sean eschuchados porque estoy formada y tengo experiencia.
        En la mayoria de ocasiones no cuestionamos las recomendaciones del pediatra ¿no? ¿Por qué ocurre esto con los maestros?
        Finalmente me gustaría decir que detras de estas palabras hay una persona: mujer, madre, trabajadora… que defiende cada uno de esos ámbitos como quiere… o mejor, como puedo.
        Permanezco a la escucha…
        Un saludo para todos.
        Maria

      • Yo personalmente, también cuestiono los consejos de los pediatras si me parecen inadecuados. Ahora, prácticamente solo vamos por temas de salud, pero la pediatra que nos atendía cuando llegó B. cuestionaba la elección de aceite hidratante (ella creía que era mejor la crema, y de una marca concreta – muy mala, por cierto), la alimentación (aunque el niño nunca había comido fruta puso el grito en el cielo porque con 21 meses tomara papillas de fruta y no fruta entera), los hábitos de sueño («no dormirá contigo, ¿no?, tiene que dormir en su habitación y en su cama!!») y el momento de quitarle el pañal («va a cumplir 2 años, aún hace calor, aprovecha para quitarle el pañal»… sin tener en cuenta que apenas llevaba 2 meses en casa… y que volvería a hacer calor unos meses más tarde).

        Lo mismo con los docentes: les escucho y de ellos he aprendido muchas cosas, sus consejos me han sido útiles muchas veces… pero otras, no. Igualmente, creo que muchos maestros saben muy poco de adopción y les vendría bien escucharnos a los padres, que conocemos a nuestros hijos como nadie… Para mí el principal problema es la verticalidad de la relación, que no nos consideren (muchos docentes) iguales a los padres.

  22. Arquímedes dijo:

    Si tan mal te ha ido en el colegio de tus hijas, con 12 profesoras poco menos que ineptas,según tu testimonio, ¿POR QUÉ NO TE LAS LLEVAS A OTRO COLEGIO ? No entiendo a los padres que protestan, protestan y protestan, pero dejan a sus hijos en el mismo colegio, ¿quizás para ahorrarse el papeleo del cambio de Centro ? ¿Para seguir teniendo tema de conversación en el café de la tarde con otras madres? ¿para tener argumentos para un post?
    En mi opinión, cualquiera de las tres opciones denota una falta total de responsabilidad. Si no estás contenta con el colegio de tus hijas , tan fácil como irte.
    En cuanto a esa actitud de superioridad de la que acusas a la maestras,precisamente tú pecas de lo mismo. «Yo sé qué es mejor para mis hijos, yo sé cómo educarlos…yo sé, yo sé, yo sé» vaya!! Que los padres lo saben todo solo por el mero hecho de ser padres!!
    Y lo de la reuniones en su tiempo libre… Jajajajajaja. ¿Me puedes decir por qué tienen obligación de hacerlas?¿a ti te abren el banco a las 8 de la tarde porque tu horario laboral no te permite ir antes? Que no se te olvide que los maestros tienen su vida, igual que tú, y no tienen por qué renunciar a ella por padres que luego las ponen a partir públicamente en un post . Los maestros tienen hijos, casa,tiempo libre… Ya sabes, lo normal,aunque tú pretendas que dejen de tenerlo solo para atenderte a ti.Eres tú la que tiene que adaptarse a los horarios del colegio, como si fuera un banco, ya sabes… Si tus hijos son tu prioridad, no habrá problemas en este aspecto, no?
    Te recomendaría que valoraras los consejos de los maestros como lo que son, intentos de establecer colaboración familia -escuela, que es lo más recomendable, y no como ataques personales. Entre otras cosas, ellos tienen una visión mucho más objetiva de la situación y bastante más experiencia.
    Si no te dieran orientaciones, te quejarías precisamente de eso. ¿Que mi niño va bien en el colegio? Mérito de sus padres. ¿Que el niño va mal? Culpa del maestro. Un poco de autocrítica no te vendría mal a ti tampoco…

    • No, no es tan fácil. No es fácil encontrar un buen colegio, y con esto me refiero a bueno para todos los niños, no solo los que entran en los estándares (estos van bien en cualquier centro, con cualquier docente). Si lo encuentras, no es fácil encontrar plaza… y tampoco vas a ir cambiando a los niños de centro en centro con la esperanza de que alguno sea mejor, sabiendo que cada cambio también les daña….

      En todo caso, mis hijos sí cambiaron de colegio al cambiar de ciudad y finalmente tuvimos suerte: caímos en el mejor centro posible, con los mejores docentes y orientadores. La pena es que dependamos de esto, de la suerte. Saber que podríamos haber caído en un centro como el anterior, incluso en un lugar peor…

      Creo que se borró el meme original del post, lo cierto es que era allí donde la persona que escribió en nombre de los profesores se quejaba de tener que reunirse con los padres en su tiempo libre… algo que en mi experiencia, los profesores del colegio público no hacen. Obviamente, no tienen ninguna obligación. Pero tampoco ningún derecho a presumir de ello (ni a quejarse de ello).

      En cuanto a la experiencia de los maestros sí, es mayor en muchos aspectos. En los académicos, por ejemplo… pero en cambio, brilla por su ausencia, en un porcentaje importante de los docentes, respecto a lo que se sale de lo estándar, lo que aprendieron en la facultad. Por ejemplo, no saben casi nada de adopción (y muchos de los que creen saber algo, solo manejan tópicos). Y lo peor es que tienen poquísimo interés en aprender… y así vamos, trampeando y poniendo parches desde casa.

      No sé si me equivoco al deducir que eres docente, pero si lo eres, tu comentario ilustra TODO lo que he pretendido reflejar sobre los malos profesores: enfado, agresividad, falta de autocrítica, nulo interés en escuchar y aprender, falta de empatía, escasa sensibilidad, superioridad, desprecio, falta de interés en encontrar soluciones…

  23. Arquímedes dijo:

    «No sé si me equivoco al deducir que eres docente, pero si lo eres, tu comentario ilustra TODO lo que he pretendido reflejar sobre los malos profesores: enfado, agresividad, falta de autocrítica, nulo interés en escuchar y aprender, falta de empatía, escasa sensibilidad, superioridad, desprecio, falta de interés en encontrar soluciones…»
    ¿Todo eso deduces de mi comentario? ¡¡Vaya!! Es impresionante… Claro, debí suponerlo,que rápidamente me meterías en el mismo saco por no bailarte el agua.Como bien decías en un comentario anterior, este es tu Blog,tu casa y aquí se siguen tus reglas. Si no, soy una mala docente. Eso denota que eres totalmente distinta a mi, ¿no?tolerante, autocrítica, empática,humilde, sensible… Todo ello dentro del pack de madre perfecta, que todo lo sabe.

    ¿Pues sabes qué? En una cosa estás en lo cierto. Estoy enfadada, más bien hasta las narices, de padres como vosotros, que culpan a los profesores de sus propios fallos y los de sus retoños,que exigen al profesorado lo que ellos no son capaces de hacer ni soñando y que ven un enemigo en todo aquel que no hace lo que ellos quieren y dicen, aparte de alardear de saber más que nadie, solo por ser madre o padre. En mi opinión, ese es la definición de soberbia. Dime de qué presumes…
    Yo tengo que hacer autocrítica, escuchar y aprender de TI,mostrarme sensible e interesada por aceptar TUS soluciones… Y cuál es tu papel? Por supuesto, ilustrarme!!a mi y al resto de docentes! Porque no hay que olvidar que eres mamá y todo lo sabes. Y nosotros, a pesar de haber estudiado para dedicarnos a lo que hacemos, tenemos que agachar la cabeza y ni siquiera podemos hacer recomendaciones sobre dieta saludable,porque tú sabes perfectamente «qué tiene que comer tu hijo» . ¡¡Lo sabes hasta mejor que los pediatras!!es alucinante… Estas por encima del bien y del mal, eres el tuerto en el país de los ciegos!!
    Sí, estas en lo cierto, estoy hasta las narices de madres como tú. Pero si algo me ha enseñado la experiencia es que el tiempo pone a todo el mundo en su lugar, y llegará el momento en que esa actitud tuya te caiga encima.
    No sé a qué te dedicas, pero para estar en igualdad de condiciones, te diré que eres una mala profesional y que lo deduzco de tus comentarios.Ya que tú juegas a juzgar mi trabajo y el de mis compañeros con tanta arbitrariedad,yo también tendré potestad para juzgar el tuyo,no?

    Afortunadamente, sois una minoría, y muchos padres son encantadores y da gusto trabajar con ellos, codo con codo, desde la tolerancia y la colaboración, algo que creo que tú desconoces…

  24. Los docentes lo tienen que decir por obligación.los padres deben entender que en la vida sus hijos nunca serán los únicos.Gracias a Dios me voy de la docencia pero no por los nenes…sino por estas y peores agresiones.

  25. Ser madre y ser maestra. Antes de ser maestra había muchas cosas que no comprendía de los maestros y el día que fui madre también comprendí a otras como yo. Fui maestra y me quedó claro que hay muchas colegas que no tuvieron hijos y «suponen» en función de su propia crianza (como ejemplar, digo; como si no pudiera haber diferentes formas de criar y todas muuy válidas). Otras colegas que tienen hijos, ya están grandes y debemos recordar que hay muchas cosas que cambiaron en 10, 20 0 más años por ej. la comunicación entre padres e hijos. También hay madres que les resulta difícil con un niño imagínen con 25!!! y sumemos a los padres!!! cada uno quiere un trato diferente para su hijo/a. En ambos casos; docente – madres/padres/tutores «hay supuestos», no hay vínculo, no hay diálogo. Y eso nos lleva a los peores errores «pocas veces escucho: ¿Usted por qué me dice esto? ¿Qué la hace pensar que yo no pongo límites? ¿Qué la lleva a usted a pensar que yo no enseño nada? Es decir; siempre hay acusaciones y ambas partes se molestan y el único que pierde es el niño….Por qué? porque llega a su casa y escucha «que la maestra es esto, aquello, el otro, una boluda, etc» y luego va a la escuela y también escucha que su padre esto, su madre aquello. El niño sufre porque ama a su madre, padre y tal vez a su maestra también. Creo que se ha perdido un cierto cuidado y respeto: en la casa no hablar de la maestra con otros frente a los niños y en la escuela no se debería permitir que las maestras hablen de la vida personal de los niños (dado que si sabemos algo la finalidad es hacer posible una solución y no que forme parte de un chusmerío barato). Afortunadamente no todos los padres son iguales, pero dado que soy docente mi rol también es a veces ubicar a los padres; Concentremos nuestras energías en soluciones para mi alumno…es decir su hijo. Escuchar más y no ser reaccionarios ayuda muchísimo.

  26. Como docente puedo hacer sugerencias si es que encuentro un espacio o lugar que me da la madre o el padre. Personalmente no me gusta que una maestra venga a darme cátedras; sobre la alimentación…una docente puede sugerir que consulte a una nutricionista y no decir » usted debe poner a dieta a sus hijos por ej.», acepto que me pida una entrevista con una psicopedagoga y no decir » su hijo tiene problemas de conducta o aprendizaje» (ahí me saldría la maestra y le diría usted tiene problemas con la enseñanza y la capacitación….. pero no lo hago). La maestra (y esto va para mi que también lo soy) puede sugerir una entrevista con otro profesional porque encuentra dudas, está preocupada por alguna cuestión familiar….pero no es nutricionista, ni psiquiatra, ni traumatóloga….ni especialista en crianza como para darme «órdenes sin ninguna base». Puede hablar con los padres para encontrar nuevos caminos de crianza o hábitos para que el niño salga adelante. Recuerdo, con mi hijo varón ir a la escuela porque durante el año no copiaba toda la tarea, luego de tener entrevistas con la maestra y mostrarme preocupada «ella dice que no me preocupe» sin embargo unos meses despúes me manda una nota diciendo que mi hijo no copia la tarea. Esto no era novedad!!! yo estaba haciendo mi trabajo en casa enseñando a mi hijo a concentrarse en la tarea, me sentaba con el todos los días. Le sugerí a la maestra que ella en vez de retarlo hiciera lo mismo. Finalmente intervino el director y él se sentaba a trabajar con mi hijo en el aula, luego fomentó la autonomía diciendo que todos los días antes de retirarse de la escuela debía mostrar su carpeta y que luego la firmaría y sellaría. Se trabajó en conjunto y es por eso que mi hijo «está aprendiendo…. y lo digo así porque todavía reforzamos las estrategias para que el entienda que uno «no nace…..uno aprende y siempre puede modificar actitudes y lograr con esfuerzo lo que se propone…..claro….si hay un grupo de personas que acompaña ese aprender cotidiano. La escuela es de gestión pública y no pago mas que una cooperadora.

  27. Almedina dijo:

    Soy una mama d una niña de 1 ESO y estoy muy deacuerdo con esta mama de marte.
    Por ello me atrebo a comentar tambien que estoy bastante harta de que hoy en dia ,en este gremio del docente ,no se incentive al alumno trabajador ,responsable ,cumplidor,…
    a favor de aquellos que,sin menospreciar, causan mas problemas de actitud, comportamiento ,etc.Da mucha pena comprobar año tras año ,que se crean en poder de la verdad y que causen por estas formas de actuacion una desgana y desmotivacion a alumnos que no se lo merecen.

  28. 👏👏👏👏👏👏👏Bravo !!! Bien dicho !! Ahora mismo te haría» la ola » si no fuera porque estoy aqui concentrada leyendo y con ello dando ejemplo a mis hijos para que no me puedan sacar los colores en las reuniones los maestros cuándo insinúan que los niños no leen porque no ven el hábito de lectura asentado en sus padres……… como ésta podría señalar otro montón de pequeñas quejas de esas que te vas callando para no ganarte una antipatía que repercuta en tus hijos pero con las que también podría hacer un buen decálogo de las cosas que los padres no decimos a los maestros . El respeto y la admiración también son cosas que se ganan por uno mismo sin qué vengan impuestas desde arriba. Del mismo modo que por el hecho de ser madre nadie me atribuye estar en posesión de la verdad absoluta trabajo 24 horas al día para ganarme ese respeto y esa admiración por parte de mis hijos. Y lamentablemente en algunas ocasiones compruebo como este trabajo choca con lo que ya considero está llegando a ser intervencionismo por parte del colegio . Ojalá pudiera vivir en Marte para coger tu post y copiarlo en el whatsapp de mi colegio en el que también colgaron el afiche pero en el planeta en que habito somos apenas 2000 personas y únicamente 23 mamás en la quinta de mi hijo. Somos las mismas 23 para los disfraces , el futbol , la comparsa , los cumples , la piscina , la catequesis , las peleas y por supuesto el cole. Y de esas 23 comparto 15 con la clase de mi otra hija . Hoy por hoy no reúno el valor . Te seguiré leyendo » marciana » a ver si me envalentono. 😘

  29. Simplemente me encantó, todo lo que comentaste, muy cierto, muchas personas nos tratan como idiotas, y ya nos hicieron el juicio antes siquiera de escucharnos.
    Te platico que tengo una cuñada que era niñera en guardería pública acá en México, en ese tiempo yo no era mamá, y aún así me impresionaba la forma en la que se expresaba de las mamás que allí llevaban a sus hijos, en especial cuando eran los días de las festividades navideñas y las criticaban por dejar a los hijos en la guardería para ir a cortar su cabello o a aplicarse uñas postizas. Como mamás también somos personas y si tenemos la posibilidad de que alguien por ley y de forma «gratuita» nos apoye en el cuidado de los niños por qué no aprovecharlo, al final las guarderías son un ambiente seguro, diferente a estar buscando entre los familiares quien «pueda» cuidar al niño.

  30. Buenísima!!!! Nunca lo hubiese explicado mejor.

  31. José Antonio PARRAS SOLIS dijo:

    Me encanta sus comentarios.
    Y me gustaría preguntarle sobre un tema escolar.

  32. Francisca dijo:

    Mucha razón, es fácil criticar cuando se está al otro lado, y muchos de ellos ni siquiera saben lo que se ser padre o madre. Esta postura muestra claramente cero instancia e interés de generar un trabajo colaborativo porque desde el prejuicio de muchos docentes que se creen que son entes con superioridad a los demás , se cataloga a los padres antes siquiera de darse el trabajo de conocer la realidad de cada familia y de este modo se actúa con los padres.
    Me parece que claramente han olvidado la verdadera labor de un maestro o educador. Y esta no pasa por alejar aún más a padres y madres de las escuelas con un discurso marcado por la odiosidad , sino que en propiciar un mayor acercamiento de los padres y una mayor colaboración y esto no se podrá hacer si los docentes parte con un escudo que actúa como una verdadera barrera que impide el trabajo colaborativo. Los docentes deben entender que deben propiciar espacios de acercamiento y no alejar aún más a los padres, en que los padres se sientan verdaderamente acogidos por la comunidad educativa. Los docentes son precisamente quienes más deben comprender que no se puede prescindir de los padres cuando e educación se trata, pero con desilusión veo como muchos docente olvidan esto y terminan por distanciar más a los padres y madres.
    Docentes vuelvan a sus orígenes y a aquellos momentos en que se estaban formando como docentes y recuperen su rol, el cual dejan en el olvido por su propio ego.

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